martes, 6 de diciembre de 2011

Capítulo 3

Capítulo 3

- El amanecer de los muertos -

Más de cinco años buscándole... viviendo una pesadilla de donde no puedo salir... teniendo en mente su rostro, sus lágrimas y chillidos... ¿donde estás?

Alexander.



00:40 h

Atlanta City cundió el pánico por todos los rincones. El virus Protocolo se expandió por el Gran Teatro Principal, intoxicando a la mayoría de los invitados. Éstos cayeron muertos, pero lo que desconocían es que resurgían en un nuevo despertar, en un amanecer de los muertos. Las fuerzas policiales intervinieron, pero era imposible. La ciudad era más grande que la misma Liberty City, y el virus se propagaba más rápidamente. No había ni un lugar seguro, ni siquiera escapando de ellos. Éstos caminantes eran diferentes, más veloces, más agresivos, y con más apetito que nunca. Por suerte, unos pocos, consiguieron alzar algunas barricadas en pequeños comercios o en algún edificio para resistir el ataque de los muertos. No muy lejos del Teatro, en donde comenzó este brote, yacía un pequeño local de alimentación donde las ventanas y puertas estaban selladas con muebles, e incluso con chapas metálicas. Allí, Jonh apoyaba la pequeña resistencia del local junto a su hermana, Sarah (la cuál no tardó quince minutos en reunirse con él), y un dependiente de la tienda llamado Sebastián. 

- Las calles están repletas de todos ellos... - mascullo Sarah -No podemos quedarnos aquí -

- ¿Y la furgoneta vuestra? - pregunto Sebastián a Jonh y Anna - 

- La dejamos fuera por ayudar a los demás - mascullo Jonh arrepentido - 

- En estos casos es mejor escapar hermano... - comentó - Si nos dedicamos a salvar a los demás, nosotros no seremos salvados... -

- ¿Entonces por qué no salimos y nos escapamos con la furgoneta? -

- ¿Eres tonto chico? - Sarah se abalanzó sobre él - ¡Si damos un paso fuera, esas cosas nos comen! ¿comprendes niñato? -

- Sarah por favor... -

- ¡Jonh no!, mi vida vale más que la de éste muchacho .... - confesó irritada - 

- Sarah baja la voz... - 

Anna agudizó la vista por una fisura de la pared y vio el panorama de la calle. Habían más de veinte merodeando frente la tienda y rodeando la furgoneta, que por suerte tenía las llaves puestas. Poco a poco se iban acercando al local, y Anna se echó hacia atrás asustada. Chocó contra su hermano, y éste la abrazó. 

- Están aquí... nos escucharon... - 

Se comenzaron a oír los golpes en las chapas metálicas. Eran sonidos bruscos y escalofriantes. Los cuatro se echaron hacia atrás, ocultándose detrás de unas estanterías en donde paquetes de galletas estaban derramadas. Las chapas temblaban escandalosamente, atrayendo así a más caminantes. Eran más fuertes y mas violentos, eran diferentes a los de hace cinco años. De repente, la puerta principal del local se abrió de golpe. Varios brazos grisáceos aparecieron, y con fuerza empujaban las puertas hasta tirarlas al suelo. Jonh agarró la mano de Anna y se la entregó a Sebastián para que la protegiera. Él, a la par de Sarah, deslizaron sus armas y se pusieron en posición.

- Chico, será mejor que corráis hacia la trastienda y os encerréis ahí... - le dijo Jonh - Nosotros frenaremos a esta gente -

Sebastián asintió y llevo a Anna por detrás de las estanterías, a una pequeña sala donde había una persiana. Detrás estaba la trastienda. Jonh hizo un gesto con la mirada y Sarah se adelantó a él mientras le cubría. Había cuatro caminantes rebuscando en los cajones de congelación, mientras que otros comenzaban a entrar y a olisquear como si fuesen sabuesos. Alzando el cañón del arma, apuntó decisiva hacia la sien de uno de ellos. La bala salió como una flecha hacia su sien, explotándola en mil pedazos. Uno fuera, o eso creían. Una vez la cabeza reventada, algo salió de su cuello, como si fuese un tentáculo. Éste empezó a girar sobre si mismo y golpeó a Sarah fuertemente, expulsándola casi contra los mostradores del final.

- ¡Sarah! - gritó Jonh - 

- ¡Jonh cuidado....! -

La criatura del cual su cabeza fue sustituida por un tentáculo, se abalanzó sobre él. Jonh rodó hacia la derecha y esquivó el golpe. Alzó el arma y disparó tres veces, hasta que el tentáculo se separó del cuerpo y éste caía muerto. Estaba claro que eran diferentes. Con un simple disparo en la cabeza caían muertos, pero aquella criatura no. Un tentáculo le salió como si hubiese eclosionado de un huevo, y se agitaba golpeando todo a su paso. Jonh recargó el arma, y disparó contra las rodillas de los caminantes que andaban en los congeladores. Sus huesos se sobresalían, y cayeron al suelo. De repente, el sonido de un furioso motor se dirigía directos al local. Jonh corrió junto a Sarah al ver unos grandes focos empotrándose contra la vidriera del lugar. Era un gran autobús escolar, de donde una chica descendió con una katana japonesa. Corría contra los caminantes y les asestaba grandes cortes que les dividía la cintura con el cuerpo.

- ¡Suban al autobús! - exclamo ésta - ¡Venga rápido, no tenemos tiempo! -

Jonh golpeó la gran persiana que tenía a sus espaldas y enseguida se abrió. Sebastián y Anna salieron de la trastienda y agarraron la mano de Sarah que echó a correr hacia el autobús. El rostro de Anna cambió totalmente al ver el autobús. Su cara de temor cambió a sorpresa. Cuando entró en el autobús, en medio de la oscuridad y los primeros rayos del amanecer, un muchacho corrió hacia ella y la abrazó con fuerza. Notaba como de sus mejillas caían lágrimas, y cuando alzó la vista a sus grandes ojos azules, reconoció quien era.

- Alexander.... - tartamudeó Anna del asombro - ¡Alexander! - 

- Te encontré... - le susurró - ¿Te gustó el pequeño rescate del autobús? -

- ¿Pero cómo...? - Anna tenía ganas de reír -  ¡Desapareciste cuando nos salvó Mike!

- Es una larga historia... - le dijo - 

- ¡Venga Alex, deja de saluditos y marchémonos ya! - exclamo el conductor -

- ¡Claro!, ¡vamos hacia el refugio! -

Las puertas del autobús se cerraron. Sebastián y Sarah se sentaron no muy lejos del conductor, y Jonh junto a su hermana, Alexander y la muchacha de la katana que les había ayudado. Ahora, tocaba las presentaciones.

- Ella es Mj... y el loco que conduce Steffan - saltó Alexander -

- Gracias en serio - dijo Jonh guardando el arma -

- Aún no hemos salido de aquí... - mascullo Mj - Darnos después las gracias... - vaciló -

- Alexander... - suspiró Anna. Tenía un nudo en la garganta para preguntarlo, pero debía saberlo de antemano - ¿Le encontraste? -

Él negó con la cabeza.

- Creía que estaría en Atlanta... - dijo - Pero no... -

- ¿Creías? - 

- Si... - asintió - Creo que habéis estado ciegos de lo que ocurre fuera de aquí -

- ¿Fuera?... - Jonh miró desconcertado a su hermana -

- Casi toda Europa ha caído. Venimos de Venecia... ahí obtuve una pista que me llevó a la Universidad Privada de Atlanta... llegué, y obtuve otra pequeña pista del paradero de mi hermano... -

- ¿Estás diciendo que más ciudades han caído? - saltó Jonh sorprendido - ¿Por qué  no llegaron noticias a Atlanta?

- BWO cortó esas comunicaciones - soltó Mj - El único lugar libre de infección es en Japón, de donde vengo yo -

- Toda Europa infectada, ¿menos Japón? - Anna miró a Alexander -

- Por eso creo que está ahí mi hermano - confesó - Pasamos por Atlanta en tu búsqueda y en la búsqueda de Mike... pero Mike... desapareció hace dos años -

Hubo un pequeño silencio. Mike fue el muchacho que ayudó a ambos a escapar de Liberty City, el cual les dio una vida nueva. Ahora estaba desaparecido. Sin rastro alguno de donde podría estar.

- Los tendrán ellos - irrumpió Sarah en la conversación - Iban tras Anna hace dos días, seguramente que andan buscándoos a ambos... -

Anna abrazó a su hermano preocupada.

- Eso no pasará - sentenció Jonh - No dejaré que esas personas toquen a mi hermana nuevamente -

- ¡Ey chicos, ya estamos llegando! - exclamo Steffan -

Sebastián se incorporó del asiento y se inclinó por la ventanilla para ver en donde se adentraban. Era la gran comisaría de Atlanta. Un edificio de una sola planta, bien reforzado y con algunas torretas donde se podría disparar. El autobús frenó frente a un amplio garaje, y cuando se abrió, entró rápidamente. Ahora estaban seguros en aquel refugio, «¿pero por cuanto tiempo?».




5 comentarios:

  1. ¡Claro que sí! Sarah vale más que todos ellos!... Si esque...
    Capitulo exelente.. Aunque no veo que mi "querida" Eli sufra... Solo soy yo quien sufre por saber que le paso a My Mike .¬¬ Temo por su vida, lo mismo que deberias hacer tú por la tuya si no quieres morir por mis manos... xD
    Umm John molaria que muriera asi en plan sacrificio jajaja (Mientras no mates a Sarah, Anna, Alex y my Mike) Mata a los demas! Muahah

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  2. Como siempre, fascinante. Eres una artista de la escritura, continua asi. Gracias por darnos a todos la satisfacion de poder leer una historia increible y que ha conseguido que desee leer cada capitulo xD :)

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  3. Crack!!! Dios, también hay monstruos de los que salen tentáculos... Me gusta Mj con la katana. Una pequeña crítica si me lo permites: TODA EUROPA INFECTADA MENOS JAPÓN... JAPÓN NO PERTENECE A EUROPA, JAPÓN ES DE ÁSIA.
    Haber lo que duran en la comisaría, en algún momento tendrán que salir... lo bueno es que tienen todas las armas que quieran xD Un abrazo!!!

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  4. Dios, Dios, Dios!!!! cuando lo leo lo veo todo trágico... y encima no hay ningún lugar a salvo?? jodeeer me imagino yo en esa situación.... me suicido fijo xDD si sabes que practicamente todo el mundo está infectado y que tarde o temprano vas a morir... ofús xDD
    El siguiente pronto

    Besos


    xDestinyadministrationx

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  5. Eso, ¿cuánto tiempo podrán esconderse? Ya se echaba de menos la historia. Tienes mucha imaginación con eso de los tentaculos, algo novedoso para los que no conocemos mucho del tema zomberil.

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