miércoles, 30 de noviembre de 2011

Prólogo


Prologo 

Cinco años después



Liberty City quedó completamente destruida por un problema técnico de la pequeña central nuclear que había en la misma ciudad. Hubo un gran escape, y provocó la muerte de todos los sobrevivientes. Los cuerpos quedaron carbonizados, y las viviendas en llamas. El gran puente colgante se destruyó a la par de la presa que mantenía varios litros de agua, lo suficiente para inundar un bosque. Esta noticia fue difundida por los miembros de BWO por todo el mundo, pero la verdad, la única verdad la sabían unos pocos. BWO experimentó con un letal virus sobre la ciudad, y unos pocos aceptaban el virus en su genética, convirtiéndolos en parte del gran Proyecto Paraíso, que consistía en una parte en crear al humano perfecto. Pero había más secretos que el Proyecto ocultaba.

Ha pasado cinco largos años de la gran catástrofe, y los únicos sobrevivientes; Anna y Alexander viven a salvo, pero ocultos de BWO. Quién sabe lo que harían los de BWO si encontrase a los dos únicos sobrevivientes de Liberty City, los que conocen parte de la verdad de los hechos de aquella noche. Alexander, aún en busca de su hermano, abandonó sin decir nada a Anna y a Mike, el chico que les salvó. Se fue sin dejar rastro, pero estaba claro cual era su objetivo. Encontrar a su hermano Eric. En cambio Anna, decidió quedarse en Atlanta City, donde su hermano Jonh, un agente especial de la policía secreta, la acogió en sus brazos. Durante estos años que estuvo asustada y con pesadillas acechantes, Anna se introdujo en la Universidad Privada de Medicina, y dejó de lado su antiguo trabajo como camarera.

- ¡Ey Anna! ¿estás bien? -

Se encontraba aguardando a una larga fila de estudiantes que estaban entrando en la gran biblioteca para la típica vacuna de comienzos de curso para prevenir todo tipo de enfermedades. Anna palidecía mientras sujetaba una gran carpeta con las típicas fotos de famosos. No le gustaba las inyecciones, y más cuando era obligatorio inyectarse la vacuna por orden del director.

- No me gustan las agujas... - confesó -

- ¡Oh tranquila! - exclamó su compañera - Estos de BWO son muy rápidos - vaciló -

- ¿BWO? - Anna se echó hacia atrás - 

- Ajam... son ellos los que están poniendo las vacunas... encima nos regalan invitaciones para el festival que harán dentro de dos días... -

Anna no contestó, y quedo más callada aún. Rebuscó entre sus bolsillos, apartando varios caramelos de menta, y tomó el móvil entre sus manos. Salió de la fila y se acercó hacia la ventana para visualizar el gran campus de la Universidad. El móvil comenzó a emitir la primera llamada, y la segunda, y la tercera... hasta que la voz de un muchacho sonó al otro lado del auricular.

- ¿Ocurre algo Anna? - 

- BWO está aquí... poniendo las vacunas a los estudiantes... -

Hubo un silencio entre ambos.

- Las vacunas debía de encargarse este año el centro médico de Atlanta... -

- Jonh.... - su voz se entrecortaba por su respiración. Estaba asustada - ¿Que hago...? -

- Vete de ahí - le dijo - Iré a buscarte, estoy a .... -

La llamada se cortó de repente, a la vez de la electricidad del centro. 

- Al parecer se fue la luz - comentó uno de los compañeros que estaban en la fila - 

Anna echó un vistazo por la ventana, y calculó su recorrido hacia la salida del campus. Pero hubo un contratiempo. Dos furgonetas de la BWO, parecidas a las de Liberty City, estaban aparcadas justo a la salida, y si realmente estaban buscando a Anna, era imposible escapar por allá sin ser vista por aquellos hombres de negro. Anna se guardó el móvil y salió del pasillo hacia las escaleras. Por su lado veía a varios doctores subiendo hacia la biblioteca con pequeñas bandejas de inyecciones, con un espero líquido, y al lado un taco de invitaciones junto a un bote de cristal de píldoras; parecidas a las que Eric tuvo que tomar en un momento en Liberty City. Anna comenzó a asustarse. Algo no iba bien. Las inyecciones... aquellas píldoras que ralentizaban el virus... ¿acaso estaban experimentando con ellos?. No era el momento para quedarse y pensar. Anna bajó rápidamente las escaleras, apartando  con cuidado a los estudiantes que andaban merodeando. Llegó a la planta superior, donde vio a dos hombres de negro hablando con una de sus profesoras. Enseguida se empotró contra la pared para no ser vista.

- Lo siento señores... pero debe de estar arriba con las de su curso... - escuchó decir - 

- Muchas gracias señora... ¡Ey!, es mejor que avises a la doctora... - escuchó a uno de los gorilas de BWO - 

Sus sospechas fueron confirmadas. Anna no tuvo otro remedio que continuar descendiendo por las escaleras de su espalda. Aún veía a varios doctores subir, incluso algún que otro hombre de negro. Anna pasó desapercibida entre los alumnos y alumnas que salían recién vacunados. Algunos llevaban un pequeño algodón, y otros llevaban las píldoras en su bolsillo. Estaba claro que aquel mortal virus estaba siendo inyectados en los estudiantes, convirtiéndolos en bombas de relojería; más a los que no llevaban las píldoras. Algunos de ellos temblaban y se mareaban, pero otros caminaban como si nada.

- No puede estar pasando esto... no aquí... - mascullaba Anna mientras contemplaba a sus compañeros - ¿Es que no acabará ésto nunca? -

- No - dijo una conocida voz detrás de ella. Su pálida mano se posó en su hombro - No hasta que el Proyecto siga en pie; Anna... -

- Esa voz.... -

- Te encontré Anna - le susurró -

Sin más preámbulos, Anna deslizó sobre su manga una pequeña navaja que le dio su hermano en caso de emergencia. Tomo el arma con decisión y agitó la muñeca a su espalda, consiguiendo hacer un corte en el rostro de aquella mujer. Su mano se apartó de su hombro, y Anna aprovechó a salir corriendo de allá. La mujer se llevó ambas manos al pequeño corte, y observó como ella escapaba.

- Doctora ¿estás bien? - le preguntó uno de los hombres que pasaban por allá -

- Si, lo estoy... - le contestó - ¿Que tal van las inyecciones...? -

- Muy bien doctora Elisabeth. Casi el treinta por ciento ha aceptado el virus en su genética, tenemos más sujetos para el Proyecto -

- Fantástico...  -

- Gracias... pero ¿quien era esa chica? -

- Una vieja conocida... -

sábado, 26 de noviembre de 2011

Zombie Apocalypse Zero [T2]



Ha pasado cinco años desde el accidente de Liberty City, y los pocos sobrevivientes de la catástrofe vive en paz. BWO pone en marcha la primera fase del Proyecto Paraíso en una nueva ciudad. Esta vez la propagación del virus será mortal para cualquiera.

Nuevos personajes entrarán en la trama, y viejos conocidos reaparecerán para vivir nuevamente el terror.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Epílogo

Epílogo 


El Proyecto Paraíso






- ¡Me niego a participar Señor! -

- Mike, solo son son pruebas para ver que cuerpos se adaptan al virus, como tu hermana-

- Es de locos por favor... - reproché - ¿Quieres que participe en este proyecto para arriesgar la vida de un montón de inocentes?, bastante que tenéis a mi hermana en vuestras dependencias investigando su genética... - les dije - 

Él siguió fumando. La estancia en donde nos encontrábamos estaba cubierta por el humo del puro. Lo sostenía con fuerza sobre sus gruesos dedos mientras echaba un vistazo a una carpeta de su escritorio.

- Firmaste un acuerdo con BWO para trabajar en este Proyecto Mike, no debes rechistar -

- Usted y los demás líderes no se preocupan por la salud pública... estáis convirtiendo a la gente con este virus en armas biológicas -

No obtuve respuesta. Su silencio me afirmó lo que me temía. 

- ¿Así que eso es lo que pretendéis, armas biológicas... y expandir el virus por Liberty City ¿no?  -

- Exacto - él asintió - Por supuesto los que no sean inmunes al virus, serán evacuados de la ciudad... y seguiremos con el Proyecto Paraíso Mike - 

- Es de locos.... - dije - Si un cuerpo acepta el virus como parte de su genética... poco a poco su cuerpo se corromperá hasta convertirlos en criaturas sin cerebro -

- Para eso todos los aceptados por el virus tomaran la píldora que usted creaste... para ralentizar el virus - me explicó al detalle - Además, usted bien ha dicho que su hermana está en nuestras manos ¿seguro que quieres abandonar? -

No tuve otra opción. Acepté en colaborar con el Proyecto Paraíso. Ellos tenían a mi hermana, no podía hacer nada más que ayudarles para que no la eliminasen. Desde ese día me aplicaron muchas tareas en BWO, como por ejemplo inyectar el virus en cada trabajador. Empezando desde los líderes hasta Elisabeth...

- ¡Elisabeth reacciona! -

El día que le inyecté el virus, su corazón palpitaba con gran fuerza, como si su corazón estaría apunto de explotar. La escuchaba lamentarse, y más con esa mirada que me debilitó enseguida. No podía hacer esto a la chica a la que amaba, pero era por el bien del proyecto.

- Lo siento... o eres tu o los dos Elisabeth - le dije - Es por el bien del Proyecto Paraíso -

Más de la mitad de los trabajadores de BWO aceptaron el virus, pero los demás sufrieron extrañas reacciones. Tales, que algunos escaparon del complejo, y el resto quedó encerrado en el nivel cuatro. Los líderes de BWO ni se molestaron en detener a los infectados que escaparon, así que tuve que actuar yo advirtiendo a la policía local de Liberty City; por suerte tenía un amigo allá de un pasado... Barny.

- ¿Si?... -

- ¡Barny!, soy yo Mike... hay problemas serios en BWO -

- Hoy mi patrulla ha estado allá para entrar en los laboratorios... pero no les han dejado... ¿que ha ocurrido? -

- El virus que encontramos en aquella isla... experimentamos con los de BWO... y ahora andan por Liberty City... son peligroso -

En ese momento se dio la alarma. Liberty City se movilizó en grandes masas. BWO comenzó la primera fase del proyecto Paraíso, la evacuación de los habitantes que no les afecte el virus por el aire, sino a través de la sangre, arañazos o incluso mordeduras. Algunos siguieron el procedimiento de los trenes, pero otra masa de habitantes escaparon por la autopista. Yo en ese momento no sabía que hacer, quería salvar a Elisabeth y que no escaparía en el tren como los otros... así que hice una gran locura.

- ¡Elisabeth! - 

- Mike... -

- ¡Elisabeth ven conmigo! ¡Tomaremos un coche y escaparemos por la autopista, pero no vayas en el tren por favor! -

- ¡Mike no!, soy fiel a BWO... -


- ¿Fiel a BWO... o a tu padre Elisabeth? -

Sabía que no me contestaría, así que opte por el camino más fácil. Siendo precavido, cogí a Elisabeth por la espalda y la metí en la primera sala que tenía a mano. La deje inconsciente, y rápidamente con los dientes, desenvolví un pequeño suero para una pérdida de memoria a corto plazo. Se lo inyecté, a la vez que borraba todos sus contactos del móvil para que no recordase nada, y que solo estuviese mi número para que me llamará. No dude ni un momento. Salí de las instalaciones de BWO y me acerqué con el coche a un hotel, que por suerte estaba desalojado. Subí hasta la cuarta, o quizás la quinta planta, y la dejé tendida en la cama. Recordé que necesitaba las píldoras, así que se lo dejé sobre la mesa, más su paquete de tabaco que añoraría al despertar... la quise ocultar en ese sitio hasta que todo cesara y luego ir a buscarla.. pero hubo un percance.. El Señor y su patrulla de búsqueda me localizaron muy cerca del hotel y me obligaron a ir con ellos. Accedí, y dejé a Elisabeth a suerte suya... 


- ¿Así que eso es lo que pasó? - Mike asintió - Pero BWO explotó en mil pedazos a manos de Elisabeth, no lo comprendo -

- Liberty City será asediada por bombardeos del gobierno - explicó - La tarea de Elisabeth en el Proyecto Paraíso era destruir las instalaciones, y recuperar parte de los archivos -

- ¿Pero mi hermano Eric, por qué le llamó sujeto? -

- ¿Toma unas píldoras que le recetó BWO? - Alexander asintió - Tu hermano, como algunos más de Liberty City, su cuerpo se adaptó al virus... por eso los líderes estaban tan interesados en obtener al menos un sujeto compatible -

- Una arma biológica... - mascullo Anna - ¿Eso es lo que será Eric? -

- Si deja de tomar las píldoras si... por eso es importante que las tomara; al igual que Elisabeth -

- Elisabeth... ¿está infectada por el virus como mi hermano? -

- Si.... ambos son dos sujetos de BWO... - le afirmó Mike - Hay casi ocho sujetos que el virus se ha compaginado con su ADN. Éstos deben tomar las píldoras una vez por semana, sino podrían sufrir alguna mutación descontrolada... o convertirles en humanos perfectos; inmunes a cualquier enfermedad y con una fuerza sobrehumana -

- En BWO vi una enorme criatura... -

- Golems - asintió él - Se les denomina así por su estructura física... - le explicó - Cuando lleguemos a Atlanta, se os contará todo -

- ¿Atlanta? ¿el virus no ha llegado aún allá? - pregunto Anna -

- No. En ningún sitio excepto en Liberty City ha ocurrido esto... pero tarde o temprano el mundo sufrirá como vuestro hogar... tarde o temprano... -



*  *  *  *  *  *  *  *  *  *  *  *  *


Elisabeth estaba recostada en el asiento del vagón junto a Eric, que se miraba sus sucias manos manchadas de sangre. Todo era una pesadilla, incluido para Elisabeth, chantajeada por ellos, tuvo que optar por colaborar como Mike y muchos otros de BWO. No podía quitarse de la cabeza la muerte de unos padres, y de una joven adolescente a manos de esos sanguinarios. No podía soportar tal presión, y más teniendo a un niño a su vera que ha perdido sus padres en un mismo día. Traicionó a todos sus amigos, incluyendo a Alexander. Sus padres murieron por su culpa, y Alicia más de lo mismo. La cabeza de Elisabeth estaba apunto de estallar escuchando los lamentos en su mente...

- Relájate Elisabeth, has hecho un buen trabajo... -

- Lo intentaré... - suspiró agotada - ¿Donde está los demás sobrevivientes de Liberty City? -

- Já... muertos... - sonrió -

- ¿Pero la evacuación...? -

- Una tapadera para eliminar a todos los que no eran compatible con el virus... Liberty City será historia pronto por todos los medios -

- ¿Qué...? -

El Señor se ajustó las gafas oscuras y miro por la ventanilla, donde se podía ver aún Liberty City. Él sacó un pequeño mando de su bolsillo y presionó el botón rojo. De repente una gran explosión creció en el centro de la ciudad, y poco a poco las llamas engullían la ciudad entera, dejando el lugar carbonizado. Elisabeth se quedó sin palabra; jamás hubiera imaginado que el Proyecto Paraíso iba a llegar tan lejos como la destrucción de una ciudad entera, pero BWO era así, tomaba decisiones por el bien de todos...

- No se preocupe Doctora... el Proyecto Paraíso acaba de comenzar -

- Me alegra saberlo... - añadió Elisabeth -  ¿Y hacia donde nos dirigiremos? -

- A las instalaciones de Japón... todos los sujetos, incluyendo a vosotros dos, estarán en los complejos subterráneos... Pronto estaréis ambos en un nuevo hogar -


CONTINUARA


Aclaración:


1. El Señor, uno de los tres líderes de BWO es el padre de Elisabeth. Ambos guardan en secreto su relación por motivos que se verá en la T2. Únicamente Mike sabía que eran padre e hija.

2. La evacuación de Liberty City fue una trampa preparada por los de BWO para eliminar a los habitantes que no eran compatibles con el virus, por eso estaban tan interesados en Eric, porque el virus era compatible en su genética.

3. Mike y Elisabeth tuvieron una relación en el pasado.

4. El beso de Alexander y Elisabeth queda en incógnita...

5. El Proyecto Paraíso; Parte I.  ''BWO encontró un extraño brote que cambiaba la genética de los humanos, tanto que podían mutar, matarlos o convertirles en humanos perfectos. El Proyecto sigue en marcha y con muchos secretos que ocultar.

6. A Mike le vendieron la moto de que la ciudad iba a ser asediada por un bombardeo del gobierno, pero realmente BWO estalla la ciudad para borrar rastro de sus experimentos.

Antes de nada gracias a todos los que me seguís desde el principio o los recién incorporados. Ahora toca lo más difícil, que es asimilar que habrá una segunda temporada que se publicará en este mismo BLOG. Añadiré una nueva pestaña (Sobrevivientes T2) que serán los nuevos personajes. Se seguirá la trama del Proyecto Paraíso, pero no desde la vista de los sobrevivientes, sino de incorporaciones nuevas a la saga.


La temporada dos se publicará en este mismo blog.

 Zombie Apocalypse Zero T2 ¿Te lo piensas perder?.

pd_ Me gustaría vuestro gran comentario respecto a la primera temporada. Gracias!



















sábado, 19 de noviembre de 2011

Capítulo 7

VII


Traición






Sus manos estaban empapadas de sangre. No comprendía lo que estaba pasando, solo buscaban la libertad, un lugar para refugiarse y un modo de escapatoria de este infierno, pero Eric comprendió que el infierno acababa de empezar. Aquellos hombres armados con el emblema de BWO tomaron los cuerpos del suelo. Eric chillo. Se negaba a que se llevaran los cuerpos de sus amigos, de su familia... pero no podía hacer nada. Elisabeth le tenía inmovilizado con una arma puesta en su nuca, «- ¿acaso todo estaba preparado? -». El único tren que estaba estacionado en la vía encendió motores, y de él descendió el hombre a quien había entregado su vida Elisabeth. Llamado El Señor. Uno de los tres líderes de BWO y del Proyecto Paraíso.

- No se preocupe doctora, hiciste lo que debías por tu bien... -

- Lo se Señor... -

- Y todo gracias a usted doctora, nuestro proyecto dará frutos - El Señor le acaricio la mejilla mientras le sonreía - Suba al tren con el chico, y los que han quedado con vida serán cazados... - después ladeo la vista hacia Eric - Has tenido suerte muchacho -

Eric desvió la mirada con la de él, y con sus ojos azules y empapados de lágrimas, contemplo el machete de su hermano en el suelo. Definitivamente el infierno para Eric acababa de empezar, en cambio para sus compañeros, parte de ellos, había acabado en un baño de sangre.



Una hora antes



La estación de Liberty City estaba a casi dos minutos, la entrada a la libertad lo tenían en la palma de la mano, pero antes debían de superar a los pocos caminantes que habían merodeando. El autobús escolar quedo definitivamente aparcado en la ancha acera, y Marcos con su compañía descendieron como en una manada. Marcos sostenía, quizás, la última arma de Liberty City con tres únicas balas para los casi diez caminantes de la zona. Amanda llevaba una pequeña bolsa con apenas medicamentos suficientes, pero estando tan cerca de la libertad no le serviría de mucho. El resto sostenían un grueso palo de escoba como Alicia, incluso una barra de hierro que sostenía Anna firmemente. Elisabeth llevaba a Eric de la mano, mientras que Alexander les defendería con su machete en esta corta trayectoria.

- Todo acabara bien Elisabeth... -

- Alexander.... -

- ¡Venga en marcha!, son unos pocos, será fácil - Marcos alzo su arma . ¡Adelante! -

Los caminantes no duraron en sobresaltar sobre ellos cuando vieron que corrían hacia la Estación. Parte de ellos se centraron en Marcos y Anna, que iban en cabeza de los demás. Anna asesto un fuerte golpe con la barra de hierro contra la frente de un caminante, desatando su furia por el recuerdo de Leo y Barny. El caminante cayo al suelo, y Anna se echó sobre él, golpeando desesperadamente el cráneo y manchándose la ropa de la sangre que expulsaba. De sus ojos caían lágrimas. Estaba sufriendo tanto como el caminante, pero al final el cascarón que la cubría se rompió. Ahora era libre de cualquier miedo y tomo la valentía que debió tener momentos atrás en el puente colgante. Alicia se acerco a ella y le dio una palmada en el hombro.

- Todo ha pasado ya... ahorra fuerzas - le sonrió - ¿Vamos? - Alicia le extendió su mano y la ayudo a levantarse - 

Otros dos caminantes salieron de entre los vehículos arrastrando sus pies. Uno de ellos, donde parte de su cara quedo desfigurada por las llamas, corrió velozmente hacia Amanda sin parar. Nuevamente se escucho uno de los tres disparos que le quedaban a Marcos. Su cabeza exploto en miles de pedazos. El otro caminante se desvió del camino al escuchar el disparo, y fue a asestar a Marcos. No tuvo la mera oportunidad de rozarle con sus grisáceas manos, ya que un segundo disparo resonó explotando nuevamente otra cabeza.

- ¡Ya quedan muy pocos chicos! - grito Marcos - ¡A por todas! -

Corrieron en abanico por la larga calle de la Estación, que estaba cubierta de grandes farolas y matorrales, por donde los caminantes salían e iban hacia ellos. Todos corrieron al mismo ritmo, y ninguno se quedaba atrás. Alexander acelero sus pasos con grandes zancadas para asestar fuertes cortes sobre los tres caminantes que bloqueaban el camino. Sus cabezas cayeron rodando como pelotas desinfladas, y sus cuerpos caían al suelo, retorciéndose sobre ellos mismos. 

- Estos eran los últimos... - mascullo Alexander limpiando la hoja de su machete - Padre, el camino está ya libre... estamos a salvo - sonrió -

- Entonces sigamos hacia adelante -

El grupo de sobrevivientes atravesó el gran arco de piedra que rodeaba la entrada principal de la Estación. Aún se podía ver sangre fresca en los pilares y en la pared, y algunas maletas derribadas en el suelo y entreabiertas. Marcos fue el primero en entrar en el vestíbulo de la Estación. Todo estaba muy callado, y el suministro de energía estaba cortado por los cables sueltos que colgaban del techo. Marcos se acercó a la barandilla que tenía enfrente, y bajo sus pies contempló el único tren que quedaba estacionado en la estación. El tren era de un tono plateado, y las ventanillas estaban tintadas de negro con el emblema de BWO.

- ¿Así que los trenes pertenecen a BWO?... que extraño.... -

- ¿Hay algún tren Marcos? - pregunto Alicia -

- Hay uno, suficiente para todos nosotros... -

- No creo - mascullo una voz desconocida -

De repente, cada uno de los sobrevivientes fue apuntado por un láser rojo en el pecho y en la sien. La voz ordenó que tirasen sus armas y se recopilasen todos juntos. Ninguno comprendía por qué motivo les apuntaban desde las penumbras de la Estación, y más ordenando que tirasen sus armas. Poco a poco la voz del hombre se descubrió. Desde el otro extremo de la estación apareció un hombre apoyado en un bastón. Era joven, treinta años por ahí. Tenía la cabeza rapada, y una cicatriz que le cubría desde la frente hasta la nuez de la garganta. Sus ojos estaban ocultos por unas gafas oscuras, y su larga túnica imponía a los demás. Del cinturón le colgaba una especie de machete, pero más mejorada que la de Alexander. La deslizo sobre la túnica y señaló al grupo, concretamente a Elisabeth y a Eric.

- Cuanto tiempo doctora, me alegro de verte con vida -

- ¿Le conoces? - pregunto Anna -

- ¡Claro que me conoce! - farfullo el hombre - Querida doctora... lo has hecho muy bien -

- Gracias. Era mi trabajo... - confesó Elisabeth - Éste es Eric, uno de los sujetos Señor -

- ¿Uno de los sujetos?, ¿De que va esto? - salto Amanda alterada -

El Señor ordenó el alto el fuego para Elisabeth y Eric. Ambos se encaminaron hacia él, pero Eric no paraba de mirar hacia atrás. Elisabeth le empujaba. De su mochila extrajo la pistola que tenía, y la poso en la nuca del muchacho. Amanda saltó, pero Marcos la detuvo con sus brazos, « - Tranquila cariño... - ». El Señor, que era así como le llamaban, acarició la suave piel de Eric y asintió.

- Suelta a Eric... - le pidió Alexander - Es un niño, déjale... -

- Con nosotros estará a salvo ¿cierto Doctora? - Elisabeth asintió sin poder mirarles - No como vosotros... -

- ¿Que quieres decir? - se apresuró Alicia - Elisabeth...¿por qué haces esto? -

- El golpe de Alexander me recordó quien era realmente... - confesó Elisabeth - Y esta soy yo, miembro de BWO que sentenciará vuestra muerte... ¡Disparen! -

Alicia lo comprendió al vuelo. Los rifles recargaron con nuevas balas, y esta vez más de cuatro mirillas apuntaban a cada uno de ellos. Amanda se aferró al robusto cuerpo de su marido, mientras que Alexander agarraba la mano de Alicia y Anna, que ambas cerraron los ojos a la espera del disparo de los de BWO. Eric quiso gritar, pero el miedo de la pistola en su nuca le tenía paralizado. De repente, justo cuando iba a dar la orden de disparar, un pequeño objeto metálico entró rodando desde la entrada hasta el centro del vestíbulo, donde los sobrevivientes estaban agrupados.

- ¡Escapen de ahí! - grito una voz del exterior -

La esfera metálica expulsó humo blanco para cegar la vista de los francotiradores, pero aún así decidieron disparar. Los gritos se escuchaban en medio del humo, incluso lamentos de lloros. No se veía nada, excepto sangre por el suelo que corría por las baldosas. Sangre. Cantidad de sangre que llegaron a los pies de Elisabeth y Eric. El muchacho se agachó y contempló la sangre, que poco a poco fue acompañadas de lágrimas del pequeño muchacho. Cuando el humo se disipó por completo, Eric gritó al ver los cuerpos que habían caído. El muchacho se separó de Elisabeth y corrió hacia el gran charco de sangre; se arrodilló y abrazó el cadáver de su madre. Acribillada por varios disparos, igual que su padre y Alicia. El cuerpo de su padre estaba a pocos centímetros de Amanda, donde su mano agarraba la de ella y la de la joven Alicia. Elisabeth contempló aquella horrible escena, y no tuvo escrúpulos de alejar a Eric de los cuerpos y apuntándole nuevamente en su nuca.



*  *  *  *  *  *  *  *  *  *  *  * 



- ¡Rápido, por aquí! -

Alexander corría desesperadamente junto a Anna detrás de aquel muchacho que les ayudó a salir de la estación con vida, pero varios soldados de la BWO salieron tras ellos. Atajaron a través de los vehículos hasta acceder a un oscuro callejón. Allí varios cadáveres infectados estaban caídos en el suelo con la sien destrozada. El muchacho que iba encabeza de ellos atajó por otra esquina, dando esquinazo a los soldados. Llegaron a un callejón sin salida, en donde el chico les guió por unas escaleras de incendios, llevándoles hacia una de las ventanas del edificio. Allí, éste cerró la ventana rápidamente y se empotró contra la pared por el cansancio. Miró de reojo a Alexander y Anna, que estaban atemorizados por el asedio de antes.

- Solo vosotros dos... - maldijo - Aún así os sacaré de Liberty City ahora mismo. BWO os estará buscando  -

- ¿Han muerto... todos? - pregunto Anna,  sin poder hablar entre lágrimas -

- Si - asintió el muchacho fríamente -

- ¿Y mi hermano pequeño...? ¿Le harán algo? -

- No - contestó - Por ahora... - el muchacho se incorporó y les indicó a los dos el camino hacia unas escaleras - Lo necesitan vivo hasta que no le resulte útil tu hermano a la organización -

Subieron las escaleras, aún con más preguntas que al principio del terror.

- ¿Por que querrían BWO  a un niño...?, no lo comprendo... -

- Experimento... - contestó nuevamente -

- Entonces es cierto .... - farfullo Alexander - BWO ha sido el culpable de esta infección por Liberty City ¿cierto? -

- Así es... pero esto acaba de comenzar - el muchacho abrió una puerta y accedieron a la alta azotea, en donde había un pequeño helicóptero - Subid - les pidió -

- ¿Adonde iremos?, no quiero dejar a mi hermano con esa gente... -

- Tranquilo muchacho, tu hermano está en manos seguras por ahora... - le dijo - Trabajé en la BWO junto a la doctora Elisabeth... -

- Entonces puedes contarnos todo lo ocurrido... ¿no? - le pidió Anna -

- Es una larga historia... -

- Tenemos tiempo - sentenció Alex- Comienza por el principio... -

- El Proyecto Paraíso.... -

Anna y Alexander subieron en el helicóptero junto a aquel muchacho. El piloto puso todo en marcha y poco a poco comenzaron a elevarse de la azotea. Desde esas vistas, Anna veía como uno de los trenes de la Estación acababa de salir. BWO escapaba con los últimos sobrevivientes de Liberty City hacia un lugar seguro... o tal vez no.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Capítulo 6

VI


Cuenta atrás




El Sector A era los ojos de BWO de Liberty City. Su complejo estaba equipado con la más actualizada tecnología. Paneles en donde se reflejaba cada planta de BWO. Informes de las actividades recientes. Panel de control para manipular los ascensores, altavoces y demás; incluso un archivo de grabaciones de seguridad. Elisabeth no dudo en entrar a toda prisa junto a Barny, que no le quitaba el ojo de encima. Al paso que se introducían en el Sector A, la sala se iluminaba por completo, mostrando el lugar tal y como era. Extraño le  parecía a Barny que en este sitio no hubiera ni una marca de violencia, al igual que el pasillo de atrás; «-¿acaso estos subterráneos era el lugar más seguro de Liberty City sin infección?-». Barny no podía de ladear la vista de pantalla en pantalla. Elisabeth accedió al ordenador principal de BWO, y las pantallas se prendieron mostrando el emblema de la organización.

- ¿Has conseguido algo?, no me gusta estar en este sitio tan tranquilo... -

- Aguarda... ya está - Elisabeth se aparto de la mesa y contemplo junto a Barny el video que selecciono - Es la última grabación. De hace una semana y cuatro días -

- Justo... un día antes de que preparasen la evacuación de Liberty City -

- Esto es lo que he conseguido... -

Las pantallas que colgaban del techo se prendieron de golpe con la imagen general del vestíbulo de BWO, la zona superior. Se veía con gran claridad el movimiento de los trabajadores de un lado para otro. La recepcionista daba la bienvenida a los trabajadores, incluso de uno aceptó una taza de café del bar de la esquina. Durante cinco minutos el video recogió la entrada de los trabajadores, algunos accedían con una tarjeta parecida a la de Elisabeth, y otros simplemente parecían ejecutivos.

- ¿Esa gente desconoce las plantas inferiores? - pregunto Barny señalando a los ejecutivos -

- Exacto. Bajo BWO solo accedíamos nosotros... ellos se dedicaban a mover el papeleo de BWO, mientras que nosotros trabajábamos aquí abajo - le explico -

Esta vez las grabaciones enfocaron en uno de los ascensores que descendía hacia los subterráneos, en donde se encontraban dos mujeres sosteniendo unas pequeñas cajas en sus manos. El audio no era bueno, pero algo se podía entender. Las dos mujeres, trabajadoras de BWO se quejaban de la tarea encomendada de bajar al nivel cuatro a entregar alimentos a unos supuestos «enfermos».

- ¿Al nivel cuatro?, ¿qué hay ahí Elisabeth? -

- No lo recuerdo.... - Elisabeth agudizo la vista, y pudo reconocer a las dos mujeres - Creo recordar que ellas dos son las encargadas de los enfermos... -

- Mike me dio el aviso de la fuga de unos enfermos... - Barny la fulmino con la mirada - Creo que he visto suficiente para saber que BWO ha tenido la culpa de todo... -  sentenció - Regresemos al pasillo y vayámonos de aquí enseguida, esto ha acabado ya -

- ¡No, espera!... -

Esta vez la grabación se centro en el nivel cuatro, donde ambas mujeres depositaron las cajas sobre una amplia mesa. Allí había más trabajadores, pero esta vez éstos iban con unos trajes especiales y con mascarilla ocultando sus fosas nasales. Entre éstos, Barny reconoció que Elisabeth estaba entre esa muchedumbre junto a dos hombres que no le quitaban la vista de encima. En el video, Elisabeth tomaba uno de los contenidos de las cajas, que eran cilindros con un componente líquido de tono grisáceo y azulado oscuro. Lo llevaba con sumo cuidado hacia una de las miles de puertas que habían. Introdujo el cilindro por un orificio, y en cuestión de segundos la habitación que contemplaba se comenzó a llenar de gas. Se escuchaba vagamente los golpes de las personas que estaban encerradas, hasta que el video se corto de repente; a la vez que la electricidad.

- ¡Y ahora que pasa! - grito Barny golpeando la mesa - ¿Qué has hecho Elisabeth? -

- ¡No he tocado nada! - exclamo - La electricidad se ha ido... y sin electricidad no funcionara el ascensor para regresar al exterior... ¿crees que quiero quedarme aquí, y por eso he cortado la luz, idiota? -

Un fuerte pitido resonó por todo el lugar. Unas luces rojas se encendieron parpadeante, y el sonido de una sirena hacía que la tensión aumentase. Barny agarro con brusquedad la muñeca de Elisabeth mientras salían del Sector A. Había visto suficiente como para desconfiar de Elisabeth. Con sus propios ojos observo como gaseaba a aquellos hombres encerrados, y de cómo conocía el procedimiento para «eliminarles». Salieron del Sector A, y observaron una reciente rastro de sangre por el tapizado hacia el pasillo por donde se dirigió Alexander.

- Al irse la electricidad, las puertas inferiores han sido abiertas... es posible que la infección prosiga en este lugar Barny -

- No tengo ganas de escuchar sus teorías doctora. Será mejor que vuelvas dentro y arregles este embrollo, yo buscaré a Alexander... -

- Haré lo posible, no quiero que mi entierro se celebre tan pronto -

- Eso espero -

Barny se encamino con sigilo por el pasillo, siempre arrimado a la pared y su arma en el pecho para el asalto. Sus botas pesadas producían un sordo sonido cuando avanzaba hacia la esquina. Apenas podía ver bastante bien con la luz roja parpadeando en la pared, pero podía escuchar el silbido de un machete asestando fuertes cortes. Cuando llego a la esquina, saltó técnicamente al centro del pasillo, y comenzó a disparar ciegamente. No había nadie, y el rastro de sangre había desaparecido. Dio unos pocos pasos por el pasillo y vio una puerta entreabierta al fondo. En cuestión de segundos Alexander empujo la puerta y salió, cerrando rápidamente a su espalda.

- ¡Muchacho, estás bien! -

- ¡Barny! ¡Detrás! -

Algo que no era humano, (o tal vez si) agarro fuertemente el cuello de Barny. La criatura medía casi dos metros y medio, y su masa muscular era el triple que la de cualquier humano. Tenía las manos manchadas de sangre, y su piel se caía a pequeñas tiras sobre el suelo. Éste se agito entre sus garras para poder liberarse, pero apenas tenía balas. Alexander, con el machete preparado para asestar el golpe, corrió directamente hacia las gruesas piernas de la criatura, produciendo un corte profundo en sus tobillos mientras se deslizaba entre ellas. La criatura grito, y empotro a Barny contra la pared.

- ¡Suéltame asqueroso monstruo! -

De repente la atención de todos fue llamada. Las luces volvieron a apagarse, y poco a poco la electricidad regresaba por cada rincón de BWO. Elisabeth había hecho un buen trabajo, así que se dispuso ir hacia el ascensor con los demás.

- ¡Elisabeth! - exclamo Alexander al verla - ¡Vete, corre... hay una criatura aquí! -

- ¡Alex! - grito Elisabeth - ¡Tenemos que irnos... esto va a volar en mil pedazos! -

El reinicio de energía provoco una pequeña cuenta atrás para la destrucción de BWO. Elisabeth corrió directa hacia los brazos del rubio, y él la empujo hacia atrás, haciendo que cayese de espaldas al interior del ascensor. Su caída se amortiguó con la mochila que llevaba. Enseguida se incorporó y paso la tarjeta por el lector.

- ¡Alexander déjalo, no podemos hacer nada! ¡La cuenta atrás....! -

- No..me dejéis...aquí... - farfullo Barny mientras intentaba liberarse de la criatura - ¡Maldita zorra! -

Alexander no tenía otra. Se guardo su preciado machete y corrió junto a Elisabeth por los pelos. Las puertas del ascensor se cerraron lentamente, viendo como la criatura descuartizaba con sus manos a Barny. Alexander la abrazo y aparto su mirada de aquella escena. Elisabeth soltó la mochila y le tomo de las caderas, con lágrimas que se deslizaban por sus mejillas.

- Elisabeth no llores... ha pasado todo al final -

- Le hemos dejado atrás. Jamás me lo... -

Su boca fue sellada por los labios de Alexander. La mirada expresiva de sorpresa hizo que sus lágrimas parasen y apretase sus labios contra los de él suavemente, mientras que bajo sus pies, la cuenta atrás estaba apunto de finalizar.


*  *  *  *  *  *  *  *  *

Tres

Dos

Uno

BWO Destruido

·
·

- Señor, BWO de Liberty City ha estallado en mil pedazos -

- Interesante... -

El puro que fumaba lo apago en el pequeño cenicero de su mesa. Se levanto del sofá y se acerco hacia la pantalla del ordenador, donde la imagen de BWO estallaba en mil pedazos. La doctora abrió una nueva ventana en el mismo ordenador y mostró imágenes de la cámara de vigilancia del Sector A antes de la explosión.

- ¿Así que sigue con vida?... la tomaba por muerta - 

- ¿Señor, que le perturba? -

- Je..je..je... - 

- ¿Señor? ¿Acaso no está enfurecido por la pérdida de BWO de Liberty City? -

- Para nada... -

- Pero... - la doctora se levanto algo molesta - Todo nuestro trabaja ha explotado en mil pedazos, incluido las muestras que obtuvimos en las investigaciones -

Él no contestó, y salió de la habitación con un nuevo puro. Subió unas escaleras de mano, y los rayos de sol de primera hora de la mañana rozaron su pálida y cicatrizado rostro. Tomo aire y suspiro. Estaba sobre la cubierta de un gran transatlántico, a muy pocos metros de la cordillera que cubría Liberty City. Andaba contemplando la imagen del nuevo amanecer en Liberty City, con la imagen de Elisabeth en su mente.Poco después, otro tripulante del barco le acompaño junto a otro puro en sus dedos.

- ¿Que celebramos hoy Señor? -

- La destrucción de BWO de Liberty City Mike... -

- ¿Ha sido ella no? - sonrió Mike pícaramente - Al fin y al cabo sabe lo que le conviene a Elisabeth -

- Exacto Mike. El Proyecto Paraíso está dando frutos -

Mike asintió con una sonrisa y se dirigió por donde vino. Quería alejarse de su Señor para que no le viera tomar el móvil de su bolsillo. Mike lo encendió y rebusco entre sus contactos a uno concreto, «Elisabeth». Dio un tono, dos tonos, tres tonos... . Lo que Mike no sabía es que el móvil que le entrego a Elisabeth antes de ser drogada, es que el móvil estaba bajo la cama del hotel en donde ella despertó.

- Maldita sea... -

- Vaya... vaya... vaya... no me lo esperaba de ti Mike -

El humo le rozo la nuca, haciendo que un cosquilleo le recorriese todo el cuerpo. Su Señor le arrebato el móvil y miro la llamada a Elisabeth. Éste cerró su puño y destrozó el aparato.

- Mike, creía que habías aprendido a comportarte bien... - le susurro al oído - Vas hacer que te castigue nuevamente ¿sabes?.

- No Señor... yo solo quería... -

- Irrumpir el Proyecto ¿cierto?. Tu pequeña novia está haciendo un buen trabajo... deja que continúe las cosas así de bien -



*  *  *  *  *  *  *  *  *  *  *


Del cielo aún caía trozos de cristales proveniente de la BWO. Marcos y compañía contemplaron como poco a poco las llamas engullía el edificio, guardando un minuto de silencio por Barny. Alexander quedó con la mirada fija a esas llamas, culpándose a si mismo por no haberle liberado de esa bestia y escapar como un cobarde junto a Elisabeth. Ella en cambio estaba junto a Amanda y Eric, en donde el pequeño guardó en su pequeña riñonera las píldoras que había traído su hermano. Elisabeth no abrió la boca desde que entraron en el autobús, solo quedó acurrucada en el asiento, apretando sobre su cuerpo una pequeña mochila que obtuvo del Sector A cuando repuso la electricidad. 

- ¿Eli, estás bien? - le pregunto Alicia, que se acercaba con Anna con un cuenco de alubias -

- Deberías comer y soltar esa mochila - comento Anna - Toma anda, te sentirá bien -

Dejo la mochila a un lado y tomo en sus manos el pequeño cazo que quedaba de comida. 

- Bueno... - carraspeó Marcos para romper el silencio - ¿Algún lugar más hay que ir antes de la estación? -

- Cariño... mejor vayamos a la Estación cuanto antes... hemos sufrido una pérdida importante, además de que pueden aparecer más caminantes... - dijo Amanda - Quiero marcharme de esta pesadilla -

- Yo la apoyo - salto Elisabeth - Cuanto antes nos vayamos mejor... allí abajo había una criatura... no quiero encontrarme a más por Liberty City -

- Pues en ese caso nos vamos hacia la libertad - exclamo -

El autobús se sumergió en aplausos para Marcos, el cual encendió los motores y partieron hacia la estación, a media hora de su posición. Elisabeth, que aún andaba comiendo, deslizo su mano hacia la mochila, abriéndola con sumo cuidado. En su interior había una pequeña carpeta negra, una pistola bañada en plata y una especie de transmisor. Ella tomo el transmisor sin ser vista y se lo empotro contra el pecho. Lo encendió, y el piloto brilló con un tono verde. Del auricular se escuchaba el sonido del mar chocando sobre algo.

- Aquí la Doctora Elisabeth - murmuro -Voy directa al punto de extracción con uno de los sujetos. Aviso, voy directa con el sujeto al punto de extracción. Corto y cambio.... -

- Aquí el capitán. Recibido, estaremos preparados para el asedio. Corto -

Elisabeth sonrió y echó un vistazo a Eric.

- Pronto estarás en el paraíso... Eric... -

martes, 15 de noviembre de 2011

Capítulo 5

V


 Las instalaciones de la BWO




El autobús quedo aparcado no muy cerca del puente colgante, en donde vivieron una pesadilla. Anna seguía aun con miedo, más que el propio Eric que estuvo apunto de ser atrapado por un caminante. Ahora la ruta había cambiado por decisión de todos; las instalaciones médicas de la BWO para recoger el medicamento del pequeño Eric. En el autobús, los mayores comenzaron a disputar de quién o quienes entrarían en ese complejo abandonado. Ninguno conocía el lugar, ni siquiera en cual de las dieciocho plantas se encuentra la medicación; a excepción de Elisabeth. La poca memoria que tiene de su vida pasada, quizás podría colaborar en la búsqueda, pero no estaba al cien por cien si sus recuerdos eran de fiar o no.

- Yo podría entrar sola allá y buscar las píldoras para tu hijo, Marcos. Era doctora de la BWO -

- Sorprendente, parece ser que el golpe que te dio mi hijo te ha movido las neuronas y tus recuerdos -

- Menos gracias, la vida de tu hijo está en juego... - le dijo, tomando ella la palabra ahora - BWO es bastante grande y fácil de perderse. Conozco las plantas inferiores, los subterráneos... allí se fabricaban todo tipo de medicamentos para vender o experimentar -

- ¿Plantas inferiores?, ¿Insinúas que bajo Liberty City hay laboratorios del BWO? -

- No lo insinúo Barny, lo afirmo... - añadió - Así que iré yo sola en busca de las píldoras de tu hijo, a compensación por la que monté en el puente... -

- No irás sola... mi machete te acompañara - salto Alexander, pero su padre le quiso detener - ¡No padre!, conozco bien esas píldoras... Elisabeth será mi mapa en BWO. Reconozco las píldoras a simple vista -

- Puedo llevar a tu hijo y que él las busque... no hay otra manera para que Eric continúe con vida -

Marcos se levanto del asiento sin decir nada y se acerco a una de las palancas del panel de mando. La ladeo hacia la izquierda, y la puerta del autobús se abrió. Les dejaba marchar a ambos. Alexander abrazo a su padre para agradecerle su partida, mientras que Elisabeth descendía y miraba hacia el cielo de lo alto que era BWO. Era todo de cristal, y más de doscientos metros de altura, sin contar los grandes pasillos subterráneos. Cuando Alexander se reunió con ella, Barny descendía con su escopeta detrás de ellos. Decidió acompañarles, al fin y al cabo era el más veterano del grupo y el que mejor manejaba las armas de todos.

- Siento venir, pero es mejor que un arma de fuego os cubra la espalda -

- Me parece bien - comento Elisabeth - Pero esto se hará a mi manera y semejanza - advirtió - Si mal no recuerdo, el propio BWO tiene su suministro eléctrico, así que habrá electricidad dentro. Entraremos, cogemos las píldoras y salimos. Si uno de vosotros se queda atrás; atrás se quedará... no sabemos lo que podemos encontrarnos ahí abajo -

Los dos se comprometieron en las órdenes de Elisabeth, y enseguida partieron al interior del edificio. Hacía tiempo que Elisabeth no atravesaba las grandes puertas principales y accedía al gran vestíbulo de BWO. Era amplio y de forma circular. En el centro del vestíbulo estaba la recepción, en donde se hallaba los ordenadores principales. En la parte derecha se hallaban despachos y los baños, detrás de la recepción había cinco ascensores abiertos de par en par y vacíos, y en la otra parte izquierda descansaba la entrada a los garajes. Elisabeth se encabezo en la zona y fue directa hacia los ordenadores, mientras que Barny paseaba por la zona armado.

- ¿Que estás intentando hacer? - pregunto Alexander -

- Conseguir abrir el camino hacia los subterráneos... -

- Lo que has dicho antes de lo qué nos podamos encontrar... ¿a que te referías? -

- A los experimentos humanos - dijo bajo una sonrisa - Ya está... -

De repente una luz parpadeante en los ascensores comenzó a emitir un suave pitido de activación. Barny apunto con su escopeta hacia los ascensores sobresaltado, y con cuidado se acerco a inspeccionar cada uno de ellos. No había rastro de sangre en los ascensores, ni marcas de lucha ni de que algún caminante halla estado. A Barny le parecía raro, «- ¿acaso es el único lugar donde los caminantes no han entrado? -», pero tarde o temprano su pregunta iba ser respondida. Elisabeth extrajo de un pequeño instrumento tecnológico una tarjeta de cuatro dígitos, y en donde figura su nombre y cargo; Doctora Elisabeth, BWO. Se encaminó hacia el ascensor junto a Alexander, y allí paso su tarjeta por una ranura especializada.

- ''Bienvenida Doctora'' - emitió el ascensor - ''Por favor, aléjese de la puerta, comenzaremos su cierre y descenso'' -

Una vez los tres dentro, el ascensor se cerró totalmente, perdiendo ya de vista el autobús que esperaba fuera. El ascensor emitió un pequeño temblor y comenzó el descenso.

- Siendo doctora de BWO... ¿sabrás lo que ocurrió no? - pregunto de repente Barny -

- ¿A que se refiere? -

- Antes de que la infección se propagase por Liberty City, recibí una llamada de un hombre de BWO... alertándome de la fuga de varios enfermos del centro -

- No lo recuerdo Barny... tengo pequeñas lagunas como comprenderás - le contesto en defensa - Y centrémonos a lo que hemos venido... -

- Me hes difícil centrarme señorita... - carraspeó Barny - El hombre que me llamo se llamaba Mike, doctor de BWO y el nombre que gritaste en el puente -

Elisabeth se quedo de piedra, a la vez de que su piel tomase un tono blanco como la leche. No le salían las palabras, pero comprendió que esto no era pura casualidad. Mike. El chico que le inyecto un pequeño porcentaje del virus para ser chantajeada y colaborar con El Proyecto Paraíso. Mike. El único nombre de su agenda telefónica. Mike. El mismo que llamo a Barny a su comisaria para alertar de la fuga de los internos. Ella guardo silencio, pero Barny se le fue la mano. Empujo a Elisabeth y la empotro contra la puerta del ascensor, posando el cañón en su barbilla.

- ¡Barny para! - grito Alexander -

- ¡BWO fue el causante de este desastre! ¿CIERTO DOCTORA?, ¡tu colaboraste, como los demás de BWO que huyeron un día antes de éste infierno!... pero lo raro es que tu eres la única de BWO que está en Liberty City... y encima con los pocos sobrevivientes te andas codeando  -

- ¡Suéltame...bastardo!, ¡Me desperté sin memoria alguna en un hotel...apunto de engullirme esos bichos! ¿piensas que no soy de fiar, Barny? -

- ¡Suéltala o te decapito aquí mismo! -

La hoja del machete yacía a dos centímetros de su cuello. Un suave golpe y se quedaba sin cabeza. Barny soltó a Elisabeth y aparto el machete de su cara. Ella suspiro aliviada y se alejo de él, lo suficiente para que no la vuelva a coger en su estado de locura. Alexander bajo su machete y se acerco hacia Elisabeth para ver si estaba bien.

- Deberías guardar esa lengua tan sucia que tienes - añadió Elisabeth - Quizás Mike no era de fiar, no le conocías de nada... -

- Puede... ¿pero tu eres de fiar, doctora? -

- Si - sentenció Alexander la disputa - Es de fiar. Si piensas que es una plaga para nosotros, no me estaría ayudando a buscar las píldoras de mi hermano... yo confío en ella -

En ese momento el ascensor ceso de temblar, y las puertas comenzaron a abrirse lentamente. Alexander y Barny se pusieron en guardia, cubriendo a sus espaldas a Elisabeth por lo que se aguardaba en los subterráneos de la BWO. Al abrirse por completo, Barny y Alexander salieron rápidamente del ascensor y se empotraron contra la blanca pared en guardia. El lugar estaba intacto, y de un tono blanco inmaculado. Las luces parpadeaban constantemente al mismo tiempo que las cámaras de vigilancia seguían sus movimientos.

- La zona de investigación médica es pasillo arriba Alexander - le indico ésta -

- ¿No me acompañaras? - se cuestiono -

- Debo mirar una cosa.... - comento - Nos reuniremos aquí los tres dentro de un rato... -

- Espere un momento... yo iré contigo - salto Barny frenando a Elisabeth -

- Como quieras - dijo ésta - Alexander... ten cuidado... -

- Lo mismo digo - le dijo, echando una mirada asesina a Barny -

Se separaron. Alexander caminó recto, atravesando los despachos y pequeños laboratorios a su paso. Pudo echar un vistazo, y comprobó que no había indicios de lucha, ni de sangre, ni de ningún caminante. Era todo bastante raro. Cuando Alexander llego al final del pasillo, vio una estancia bastante grande en donde había una mayor parte de estanterías de cristal llenas de pastillas, píldoras y de frascos intactos. Alexander empujo la puerta con la punta del machete y entró después en el lugar. Paseo la mirada por la zona, y vio de cómo los pocos ordenadores de la estancia funcionaban perfectamente, de cómo la cámara de vigilancia grababa sus pasos; para él le daba un mal presentimiento. Sin pensar ni un segundo más, con el mango del machete rompió las estanterías, y de ahí extrajo casi diez pequeños botes de las píldoras que necesitaba su hermano. De repente, la pequeña luz de la cámara comenzó a parpadear, y la puerta del lugar se cerró herméticamente, dejando a Alexander encerrado.

- ¡Maldita sea! - grito mientras golpeaba la puerta - ¡Elisabeth! ¡Barny! ¡Ayuda! -

Pero no le oían. La puerta estaba bien reforzada para cualquier fuga, incluyendo la voz de auxilio. Elisabeth y Barny continuaban su camino hacia una gran puerta metálica que cubría casi todo el pasillo. En dicha puerta estaba grabado el emblema de la BWO. Un círculo, con tres puntos formando un triángulo en su interior. Al lado de la puerta había otro lector de tarjeta, en donde Elisabeth se inclino para pasar la suya.

- Quieta... - le detuvo Barny - ¿Qué piensas hacer? -

- Abrir la puerta, necesito entrar dentro... -

- ¿Y que hay ahí si se puede saber? -

- Quizás las respuestas que andas buscando - le contesto, apartando su mano de encima - Al otro lado está el Sector A, la zona de control -

Elisabeth atravesó su tarjeta sobre el lector.

- ''Bienvenida al Sector A, las puertas se abrirán de un momento a otro'' - emitió la puerta -

- Tu memoria va recuperándose eh... - comento Barny -

- Poco a poco si... - le dijo sin mera importancia alguna -

- ¡Já...! ¿y que esperas encontrar detrás de la puerta? -

- Te lo vuelvo a repetir.... respuestas. Las cámaras de seguridad habrán grabado lo que ha pasado en BWO ¿no?, así veremos si tu teoría de que ha sido culpa NUESTRA es cierta o no -


*  *  *  *  *  *  *  *  *  *  *

Ciegos por lo que estaba ocurriendo en las instalaciones de la BWO, el resto de sobrevivientes se reunieron en círculo frente a una pequeña fogata creada por los periódicos que había por el suelo. Allí Anna comenzó a preparar algo de comida de las latas que habían recopilado Marcos y su familia; alubias enlatadas. No había otra cosa.

- Cariño... no deberíamos haber dejado marchar a Alexander... -

- Tranquila... sabe cuidarse bastante bien - le tranquilizo - Recuerda que fue él quien me salvó de la comisaria con el machete de caza - rió éste - Así que regresara pronto -

Marcos le arrebato un beso fugaz a su esposa, un beso que la hizo olvidar de la pesadilla que estaban viviendo. Anna continuo cocinando, repartiendo a cada uno un pequeño cuenco con alubias. Alicia tomo el cuenco con escrúpulo, no le gustaba nada, pero era lo único que había de comida. Sostenía el revolver con dos dedos, mientras que se tomaba la comida a disgusto. Su mente voló por un instante, y se acordó de sus padres. Eric que estaba al lado suyo, contemplo como de sus mejillas se deslizaba una pequeña lágrima, y Eric la tomo de la mano.

- No estés triste Alicia... - le dijo el pequeño - Seguro que estarán bien tus padres... quizás en un lugar mejor que este infierno... -

- Eric...yo... - Alicia tiro el cuenco y abrazo al muchacho mientras lloraba - Estoy...sola... -

- Nos tienes a nosotros... somos tu... nueva familia - le susurro al oído - 

- ¡Marcos! - irrumpió la aguda voz de Anna - ¡Caminantes! -

- ¿Cómo?... - Marcos se encamino a pocos metros de Alicia y Eric, y vio como una pequeña manada se acercaba a su posición - ¡Anna apaga el fuego, Alicia, Eric, entren al autobús de inmediato! -

Amanda tomo su pequeña arma de debajo de la camisa y la recargo con las pocas balas que poseía en el bolsillo. La cargo y apunto a uno de los caminantes que se encaminaba en cabeza. Llevaban todos una bata blanca, incluso algunos cadenas en los tobillos. «¿Qué eran, enfermos del Hospital, presos de la cárcel?...». Algunos incluso babeaban un fluido rojo, como una de las criaturas del puente que tenía una numeración en el cuello. Amanda comenzó a disparar sin piedad, mientras que los más pequeños corrían junto a Anna al interior del autobús.

- ¿De donde han salido éstos?... hace un momento no había ninguno Marcos -

- Ni idea... pero cada vez son más... reza para que los chicos salgan de BWO cuanto antes... -

domingo, 13 de noviembre de 2011

Capítulo 4

IV


 Puente Colgante




El plan era el siguiente. Llegar a la estación y escapar de Liberty City cuanto antes. Para llegar debían de dirigirse al norte, atravesando el gran puente colgante que era el corazón de la ciudad. Fue construida sobre un gran río que nacía desde las montañas de la ciudad y que desembocaba en una gran presa. Marcos, que conducía el autobús en donde su familia y otros sobrevivientes había, era el que decidió por parte de su familia de ir a la estación. Su plan era sencillo, aunque bastante arriesgado. La única manera de acceder al norte era atravesar el puente colgante, pero no en el autobús, sino a pie para que el motor no escandalice a las manadas. Marcos dejo a mala gana el autobús al pie del puente, llevando consigo una pesada mochila con algunas latas de comida y munición suficiente. Detrás comenzaron a descender el resto. Amanda llevaba en sus brazos una pequeña caja de madera con algunos medicamentos y vendas útiles. Alexander sostenía su preciado machete mientras llevaba agarrado de la mano a su hermano Eric. El resto, incluyendo a Alicia por voluntad propia, sostenían un arma para poder defenderse en la trayectoria por el puente.

- Esto acabara mal... - comento Elisabeth - Podríamos cruzar al otro lado de la ciudad por otro sitio... -

- Pues vete tu - salto Marcos - Nadie te obliga a seguirnos - le echo en cara -

- Bueno tranquilos... lo primero es mantener la calma... ¿vale? - salto Amanda para que una revolución no se formase - ¿Propones otro camino Elisabeth? -

- Es más seguro por el agua... - comento a la vez que echaba un vistazo con la vista - Allí no hay criaturas, pero tu marido quiere atravesar este campo de minas -

- Pero si somos sigilosos podremos cruzar sin problema, además si las cosas empeorarían echaríamos a correr todos juntos hacia el autobús y nos iríamos de aquí -

Las palabras de Alexander la convencieron. Marcos suspiro, y dio el primer paso hacia delante. Su vista no le dejaba ver más allá de los furgones que estaban en el puente, pero divisaba a varias criaturas moviéndose sin dirección alguna. Se agacho con su arma en mano y se deslizo varios coches hacia delante, hasta ocultarse detrás de un pequeño escarabajo rojo, donde aún su conductor yacía en el asiento del copiloto muerto. Barny decidió subirse sobre el autobús para ser los ojos de los demás, y con un rifle en la mano, controlaba el panorama.

- Venga, vamos... - susurro Marcos -

Amanda echo a correr con sigilo hacia una pila de dos vehículos junto a Alicia, situados a dos metros de Marcos. Éste echo un vistazo rápido a Barny, el cual alzo la mano para que el resto siguiese avanzando. Alexander junto a su hermano, quedaron a la par que su madre y Alicia, pero en el lateral derecho, donde un gran camión estaba volcado y apunto de caer del puente. Barny alzo nuevamente el brazo, y las últimas chicas se encaminaron mas adelante de Marcos, cerca de una zona de alto riesgo en donde cuatro de esas criaturas andaban quietas mirando el horizonte.

- ¿Y ahora que hacemos Elisabeth? - le susurro Anna -

- Encargarnos de esos bichos... -

Sin miedo y decidida, Elisabeth salió de su escondite. Las cuatro miradas de las criaturas se centraron en ella, y poco a poco extendieron sus esqueléticos brazos y se abalanzaron sobre ella. Aprovechando aquel percance, Marcos rodeo la zona y paso por detrás de las criaturas sin ser visto. Poso su escopeta de mano sobre el capó del coche en donde se oculto nuevamente, y disparo con frialdad hacia la sien de las criaturas. Dos pájaros de un tiro se podría decir. Con un simple y rápido disparo, la bala atravesó la nuca de dos criaturas, haciendo que cayesen al suelo de inmediato. Las otras dos desviaron la mirada hacia el sonido del disparo, y Elisabeth aprovecho para atacar. Sin escrúpulo alguno, poso una de sus manos en la cabeza de la criatura y apoyo el cañón en la sien, apretando después el gatillo.

- ¡Elisabeth....! - exclamo Anna al ver que la otra criatura iba hacia ella -

El cuerpo cadavérico de la criatura salto sobre la muchacha, tirando a Elisabeth al suelo. Soltó el arma, y poso sus manos en la frente de la criatura, notando como su piel se iba desgarrando al tacto del suyo. La criatura comenzó a mordisquear al aire, salpicando a Elisabeth el rostro de pequeñas gotas de sangre. De repente, un fuerte crujido sonó, y el caminante cayo muerto sobre el cuerpo de ella.

- Gracias Alexander... -

Vio su machete limpio, pero el mango tenía algunas manchas. Él extendió su mano y la ayudo a levantarse del suelo.

- ¿Estás bien? -

- Algo chocada.... pero la sangre aún no me causa trauma - vacilo ésta -

Alexander le dedico una sonrisa, y luego se dirigió hacia su padre junto a su hermano pequeño, que aún no había dicho ni una palabra desde que salieron del Instituto Principal. Anna salió de detrás del vehículo y abrazo a Elisabeth para disculparse, no había tenido las agallas de salir y enfrentarse a las criaturas, pero tras ver como Leo era desgarrado, era incapaz de hacerlo.

- Estos infectados son diferentes que el resto... -

- ¿Que quieres decir? -

- Escupen sangre. Eso no es normal, creo - analizo Elisabeth echando un vistazo a los cuatro cadáveres - Además sus cuerpos son más corpulentos... -

- ¿Insinúas que no eran humanos, Eli? - salto Alicia a la par que Amanda -

- Pueden ser otra cosa... humanos si... pero no... -

Confusa, Elisabeth se arrodilló sobre la criatura que se abalanzo sobre ella. Le dio media vuelta al cuerpo y levanto el poco cabello de la cabeza para mostrar la nuca. Allí había algo marcado, como si le hubiesen inyectado algo sobre un número «210».

- Están numerados... - Amanda se aferro a la caja por temor - Como si fuesen.... -

- Experimentos - sentenció Barny de regreso. Elisabeth asintió muy segura -

- ¿Dices experimentos? - saltaron Alexander y Marcos al unísono -

- Antes de todo este desastre, en la comisaria recibimos una alerta de la unidad científica de la BWO. Nos confirmaron que tuvieron una pequeña fuga de pacientes enfermos; experimentos se refería el aviso... -

- BWO... - murmuro Elisabeth -

Las iniciales que revelo Barny comenzaron a hacer eco en la cabeza de Elisabeth, como si su cabeza estuviese apunto de reventar. Ella cayo de rodillas al suelo con las manos hacia su cabeza, y no cesaba de gritar «-¡Para, para-!». Sus compañeros, incluyendo a Marcos, se acercaron a ella para poder tranquilizarla, pero al parecer sus sentidos estaban apagados. Sus gritos comenzaron a escucharse por todo el puente colgante, que poco a poco fue acompañada de temibles gemidos. El pequeño Eric se abrazo fuerte a la cintura de su hermano. Una gran manada, quizás más de doce, se acercaban al origen de los gritos y el jaleo. Hacia ellos.

- ¡Regresemos al autobús, rápido! - grito Marcos -

- ¡Imposible, por el otro lado también vienen! - salto Barny -

- ¡Oh dios santo!, ¿que vamos hacer? - se alarmo Anna -

- Escondernos... - propuso Alicia - O huir... -

Elisabeth continuaba gritando, y apenas podía nadie hacerla callar. Amanda soltó la caja y amarro la mano de su hijo Eric, y junto a Marcos echaron a correr dirección al autobús, en donde se ocultaron en el pequeño escarabajo rojo de antes. Barny se subió al capó de unos de los coches y comenzó a disparar. Venían más de veinte por la zona del autobús, y otros más por el otro extremo del puente. Estaban rodeados. Desde su posición veía como Alicia y Anna se ocultaron bajo el furgón, y de cómo Alexander estaba frente a Elisabeth para devolverle la razón.

- ¡Elisabeth reacciona por favor! ¡Elisabeth! -

- ¡Para por favor...! ¡Mike...Mike déjame! -

- ¡Abre los ojos, soy yo, Alexander! -

- ¡Alexander rápido! - exclamo Barny, que persiguió los mismos pasos que Alicia y Anna de ocultarse bajo un vehículo -

Alexander no podía dejarla ahí sola, así que decidió hacer algo que era lo mejor para ella. Con el mango de su machete, le golpeo en la nuca para que perdiera el conocimiento y sus gritos cesasen. Ella cayo en sus brazos, y éste la tomo de inmediato y corrió hacia donde le indicaba Barny, bajo el gran camión en donde estaba él.

- Hiciste lo que debías chico... - le susurro - Ahora es mejor aguardar silencio -

Todos estaban escondidos, y las criaturas tomaron el puente durante unos minutos. Anna aguantaba sus sollozos al ver los pies de éstos. Caminaban de un lado a otro, intentando buscar aquellos gritos que Elisabeth emitió. Las criaturas chocaba entre si contra los vehículos, uno de ellos el escarabajo rojo en donde Marcos y su esposa e hijo estaban escondidos. Amanda, rápidamente tapó los ojos de Eric para que no viese el rostro de aquella mujer empotrado en la ventanilla, de como sus ojos buscaba cualquier indicio de movimiento, y de como su barbilla iba desencajándose poco a poco. Golpeaba bruscamente la ventanilla para acceder al interior del coche, en donde podía notar un pequeño movimiento de Amanda, la cual estaba temblando. Sus golpes comenzaron a atraer a los demás.

- Cariño... ni grites ni hagas ruido... - le pidió su marido -

Marcos deslizo la mano detrás de su asiento y comenzó a bajar la ventanilla del coche. Un fuerte gemido emitió la mujer al introducir la cabeza en el interior del vehículo. Amanda cerró los ojos, y Eric sintió de como esas manos querían cogerle. De repente y de un golpe seco, Marcos elimino a la criatura de inmediato. Con una patada de Amanda expulsó el cadáver del coche, y rápidamente volvieron a subir la ventanilla.


*  *  *  *  *  *  *  *


- Bienvenida, la estábamos esperando... -


Estreche la mano al recepcionista, y después me indico el camino por un largo y estrecho pasillo blanco. Aún podía notar el dolor de la inyección de mi brazo. Desconocía lo que Mike me hizo, pero se me quedo grabado en la mente aquel proyecto que mencionó; un proyecto que ambos conocemos. Mis pensamientos volaron enseguida cuando empuje las grandes puertas y accedí a un amplio despacho, en donde había dos hombres y una mujer sentados tras un escritorio. Ellos me habían citado.


- Buenos días Elisabeth... -


- Señor, ¿a que se debe esta pequeña reunión de mayores? -


Nadie me contesto, así que lo deduce por mi misma.


- El Proyecto Paraíso ¿cierto? - la mujer asintió con un suave gesto - Lo siento... pero ya dije que no quería participar en este proyecto de la BWO -


- No se lo estamos pidiendo doctora.... es su obligación, por eso fuiste escogida entre muchos otros -


- Lo siento, pero me niego... - repetí -


- Mike aceptó hace dos días, y ya está en marcha con sus nuevos sujetos -


- ¡Dirás experimentos! - exclame - Experimentos humanos... por eso me niego a trabajar señores; así que si me disculpáis.


- No tan rápido doctora... - escuche - Lo que Mike le inyecto no era un simple suero - ¿cómo diantres saben lo que me hizo Mike ayer? - Es un 2 % del virus... -  


- Imposible.... ¿2 %? -


- Ese porcentaje aumentará si usted se niega a colaborar con el Proyecto Paraíso... y nosotros tenemos el pequeño antídoto... ¿aceptas entonces, Doctora Elisabeth? -



*  *  *  *  *  *  *  *

- ¡Elisabeth! ¡Elisabeth! -

Abrió de golpe los ojos, confusa por el golpe y por su repentino ataque. Todo a su alrededor estaba tranquilo, y la multitud de criaturas habían desaparecido. El autobús estaba en marcha nuevamente, ya que se podía oír su viejo motor rugir.

- ¿Estás bien?, perdona por el golpe... -

- No pasa nada Alexander... - dijo ésta mientras se levantaba con ayuda de Barny - ¿Qué ha pasado? -

- Nos ocultamos bajo los vehículos... y dejamos pasar a esos indeseables de largo durante cuatro largas horas... después Marcos ha retomado el autobús, así que nos ahorraremos una larga caminata -

- Fantástico... - dijo con una bocanada de aire -

- Será mejor que subamos al autobús y descanses... -

Ambos se encaminaron hacia allá y subieron. Elisabeth continuo por el pasillo y se sentó muy cerca de Amanda y Eric, como antes. Todos estaban a salvo, habían sobrevivido a una gran oleada de caminantes sin sufrir ningún daño, y ahora su camino hacia la estación continuaba. Elisabeth se recostó, intento descansar, pero su atención fue llamada por Eric.

- Mamá... ¿debo tomarme esto ahora? -

- ¡Claro que si! - le reprocho - Aunque sea el fin del mundo, sigues enfermo... así que tomate esto... -

Eric sostuvo entre sus dedos una pequeña píldora que Elisabeth reconoció al instante. Era la misma píldora que había en el hotel en donde despertó, y el mismo frasco que sostenía Amanda, era el mismo del hotel.

- Esas píldoras.... - apenas le salían las palabras -

- BWO se las receto... Eric tiene un problema en el pulmón y debe tomarse estas píldoras una vez a la semana... y justo esta es la última -

- ¿Y que ocurre si no se las toma...? -

- Podría morir... - respondió Eric al tragársela -

- He estado hablando con los demás... y antes de ir a la estación nos pasaremos por el complejo médico de la BWO para buscar estas píldoras... -

- Al complejo de la BWO.... - mascullo Elisabeth -

Elisabeth cerro su puño con fuerza y se golpeo el muslo de rabia. Los pocos recuerdos que se le venía en mente era de BWO y de Mike, dos cosas que no eran buenas; y ahora iba al lugar en donde el terror comenzó. BWO, las instalaciones médicas y tecnológicas de Liberty City.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Capítulo 3

III


Un destino en común 




Cuatro disparos resonaron, y los casquillos de las balas cayeron en el oscuro pasillo. Su caída sonó eco. Elisabeth abrazo fuerte a Alicia, y ambas notaron de cómo una silueta encapuchaba se deslizaba al lado suyo y asestaba un gran corte a las dos criaturas restantes. El filo del machete resonó en el aire como un débil silbido. En mitad de la oscuridad apenas se podía ver quien o quienes eran aquellas siluetas, pero uno de ellos tomo el brazo de Elisabeth y la separo de Alicia, la cual fue también llevada por otra silueta. Fueron llevadas por los pasillos del instituto, escalera abajo. La noche ya había invadido Liberty City, y por tanto la oscuridad reinaba en el lugar. Uno de las siluetas prendió de su mano una linterna, pero al ir corriendo junto al resto, la luz parpadeaba constantemente.

-¿Hacia donde nos estáis llevando? ¡Soltadnos! - grito Alicia mientras pataleaba con fuerza -

- ¡Oye guapa, deberías guardar silencio si no deseas ver a más bichos de esos! -

El grupo atajo por el vestíbulo, que por suerte no había rastro de ninguna criatura. Una vez allá el que iba en cabeza hizo unas señas, señalando una de las puertas del lugar en donde se accedía al comedor del centro. Éste y otro más quedaron en guardia en el vestíbulo, mientras que los otros dos llevaban a Elisabeth y Alicia con ellos al interior del comedor. La estancia estaba abandonada, pero había una barricada de mesas y sillas alzadas en un rincón. Allí, una mujer salió de entre la barricada de la cocina y corrió hacia el hombre que sostenía a Elisabeth.

- ¡Estáis vivos!... oímos disparos y creía que... -

- Estamos bien mamá... - mascullo el muchacho - Oímos ruidos en la planta superior y hemos traído a estas dos chicas... están vivas de milagro -

El otro hombre, que era más maduro que el otro, soltó a Alicia y abrazo a la mujer, posiblemente su esposa. Elisabeth se acerco a Alicia y la sostuvo con la mano.

- ¿Quienes sois? - pregunto Elisabeth -

- Él es Marcos, mi esposo... y él mi hijo Alexander - les presento - Yo soy Amanda....y mi pequeño hijo Eric anda descansando detrás de la barricada...  -

- Ella es Alicia... y yo Elisabeth... - se presento después ella - ¿Qué hacéis aquí...? -

- Vinimos a por mi hermano - salto Alexander; el chico de cabello platino y de ojos azules. El típico estereotipo de un británico - Pero al entrar tuvimos que refugiarnos aquí, montamos esa pequeña barricada con los otros dos hombres de fuera... y nos mantenemos con vida -

- ¿Y no hay modo de salir de aquí? - pregunto Elisabeth - Entré sin problema al instituto por la parte de atrás, podríamos salir todos por ahí y... -

- ¡No! - grito Marcos - Tenemos que esperar a la ayuda... ¡tenemos que esperar a que vengan a ayudarnos de esta pesadilla! -

- No hay ayuda - salto Alicia segura - Llevo días, quizás una semana en la planta superior... y la ayuda no ha aparecido - explico -

Hubo un silencio entre todos, hasta que se escucharon disparos fuera del comedor. Alexander salió corriendo  hacia el vestíbulo, pero Marcos le retuvo. Se escucharon dos disparos breves, y después varios tiroteos. Los gemidos cada vez se escuchaban más fuerte, y poco a poco el miedo aumentaba en el comedor. «-Dos disparos, es la señal-», masculló Marcos mirando a su esposa. Amanda indico a Elisabeth y a Alicia que la siguieran hacia la barricada.

- ¿Dejaréis a esos hombres fuera? -

- Dos disparos es la señal... - comento Amanda mientras tomaba a un niño de siete años en sus brazos, que aún dormía plácidamente - Y debemos de huir -

- Pero no hay salida como habéis dicho - salto Alicia -

- Tenemos el autobús escolar - comento Alexander detrás de las dos chicas - Está reparado, pero estábamos buscando el momento de partir hacia la estación -

- ¿La estación? - Elisabeth miro a Alicia con una sonrisa - ¡Nosotras vamos hacia allá! -

- Entonces no se hable más - añadió Marcos - ¡Todos al autobús de inmediato! -

Rápidamente y Alexander en cabeza, salieron de la gran barricada y corrieron hacia las cocinas, en donde la puerta trasera de allá accedía a una zona de carga en donde los grandes furgones depositaban la comida a diario para los estudiantes. En esa zona yacía con el motor apagado el autobús escolar, el único medio de transporte que serviría para huir del Instituto Principal. El autobús, con un tono desteñido y con manchas de sangre por los laterales, aún se conservaba en buen estado, incluyendo la pequeña corporación de rejas en los ventanales del bus. Amanda fue la primera en subir y en dejar a su pequeño hijo recostado en uno de los asientos, muy cerca de una gran caja repleta de agua. Alicia subió con ayuda de Alexander, la cual recibió una pequeña navaja por parte de él. «- Más vale prevenir que curar, pequeña -».

- ¿De donde habéis sacado estas armas? - pregunto Elisabeth al tiempo que recibía otra arma -

- Mi padre es policía. Tomo todo el suministro que podía - le explico Alexander -

- ¡Venga chica, sube de una vez que nos vamos de inmediato! - exclamo Marcos mientras ponía en marcha los motores - ¿Preparados todos? -

El sonido del motor era como el rugido de una gran bestia enfurecida. Elisabeth se encamino por el pasillo y tomo asiento muy cerca de Amanda y de su pequeño hijo que dormía. Se recostó en el asiento y ladeo la vista hacia las grandes puertas del comedor de la zona de carga. La barricada había caído en cuestión de segundos, y una gran manada, quizás de diez criaturas corrían directos hacia el ruido del motor que les atraía.

- Esto es un infierno... - comento Amanda a Elisabeth - Pero juntos podremos cambiar el infierno por un paraíso... -

- ¿Un paraíso?... -

Elisabeth se volvió a recostar en el asiento y cerró un momento los ojos. En su cabeza comenzó a sonar como eco aquella palabra; «-Un Paraíso...-»

''Un paraíso...

- ¡Elisabeth reacciona! ¡Elisabeth! -


Escuchaba la voz de Mike muy cerca de mi. De golpe abrí los ojos y la vista se me deslumbró por la luz del quirófano. Mire a mi alrededor. Mi cuerpo estaba débil, y notaba como unas correas me sujetaban el cuerpo. Al lado de mi y vestido con una larga bata, Mike sostenía en sus manos una inyección con una sustancia gris.


- Mike por favor... - le suplique que me liberase - Por favor... -


- Lo siento.... o eres tu o los dos Elisabeth... - me dijo - Es por el bien del Proyecto Paraíso -''






*  *  *  *  *  *  *  *


Liberty City estaba dividida en dos sectores, la cual para acceder a uno de ellos había que atravesar un gran puente colgante, que era por así decirlo el corazón de la ciudad. Anna y Barny conducían calle arriba, dirección a dicho puente para acceder a la zona norte de la ciudad, en donde se encuentra la estación de trenes de Liberty City. Punto de encuentro de evacuación.

- ¿Estás mejor Anna? -

- Dentro de lo que cabe... - mascullo - ¿Hacia donde vamos...? -

- A la estación, quizás encontremos algún soldado o algún tren para irnos de este infierno -

- ¿Y piensas ir en este coche? -

Barny la miro, y vio que señalaba una gran cuesta hacia arriba por donde se accedía al gran puente colgante. El lugar, como era de esperar, había varios caminantes, quizás más que una simple manada de diez. Se hallaban coches aparcados en doble fila, incluso saqueados y volcados, bloqueando generalmente la carretera.

- Dios santo... - añadió Barny a lo que veía - Hay muchos... -

- Deberíamos bajarnos e ir andando.... sino llamaremos mucho la atención -

- ¿Más atención que ese conductor? - indico Barny -

Desde uno de los callejones, el autobús escolar dirigido por Marcos, asestaba directamente contra dichas criaturas, eliminando todo su rastro de la carretera. Anna se inclino del asiento y se desabrocho el cinturón enseguida, saliendo a grandes zancadas del coche de policía.

- ¡Barny vamos, hay mas sobrevivientes! - exclamo ésta mientras corría hacia el puente -

- ¡Anna espera! -

Barny salto del coche, sin antes llevar su revolver de debajo de su asiento. Siguió corriendo al mismo paso de Anna, pero detrás de ella para alcanzarla. 

- ¡Venga Barny, tenemos que hacer que nos vean y que no se vayan sin nosotros! -

- ¡Pero Anna....! ¡Cuidado! -

Sin previsto, dos criaturas emergieron de un gran furgón del banco. Lucían por así decirlo la vestimenta de un cuerpo de policía, aunque sus ropas estaban desgarradas por completo. Sus miradas estaban bañadas en un tono amarillento, y de su rostro su piel quemada caía a trozos. Anna retrocedió unos pasos hacia atrás. Barny, que estaba a pocos metros de ella, recargó su revolver de inmediato y apuntó sin piedad al cuerpo de las criaturas. Cinco disparos perforaron el dorsal de ambas criaturas, pero seguían continuando andando; hasta que de repente, una especie de flecha fue clavada en la misma nuca de uno de ellos, haciendo que su cuerpo cayese como un viejo tronco al suelo. La otra criatura que quedaba en pie recibió un gran golpe en la nuca, dejando al caminante sin conocimiento alguno. 

- Mi flecha... - refunfuñó Marcos mientras se lo arrancaba a la criatura de la nuca - Recordad una cosa; siempre a la cabeza -

- Y nunca malgastar balas disparando al cuerpo - salto después Alexander, que sostenía su machete con una correa atada al mango - ¿Estáis bien? -

Anna se quedo sin palabras y corrió hacia los brazos de Alexander, dándole las mil gracias por ayudarles.

- Gracias por el consejo. Soy Barny... - Barny extendió la mano hacia Marcos, y éste presento a su hijo y a él mismo - Encantado -

- ¿Venís de ese autobús? - pregunto Anna. Alexander asintió - ¡Barny! -

- Bueno... - suspiro el policía - ¿No os importaría acercarnos a la estación, no?... -

- Por supuesto que no; mi familia y unas chicas también vamos para allá. Claro que podéis venir -

- Además ahora necesitaremos más ojos para el puente .... - comento Alexander algo preocupado -

- ¿Más ojos? - Anna les miro preocupada -

- Los que hemos atropellado con el autobús, no es nada con los que hay en el gran puente colgante. Puede haber más de una docena por lo que hemos visto viniendo hacia aquí... -

- ¿Más de una docena?... ya estoy empezando a dudar de ir o no a la estación -

- Tenemos suficientes armas muchacha - le comento Alexander a Anna -

Barny miro a Anna a la espera de una decisión, y aceptó las condiciones de cruzar el puente junto a ellos.

- ¡Pues bienvenidos se ha dicho! -