Capítulo 2

Capítulo 2

- La última noche de Atlanta City -

Rebuscaba por toda la mesa, apartando todos los papeles del medio. Miraba constantemente a sus espaldas, divisando el pasillo por si alguien venía, pero la mayoría estaban en la gala benéfica de BWO. Elisabeth estaba agotada, pero tenía que encontrar lo antes posible lo que estaba rebuscando en las cosas de ella. Bajo el teclado del ordenador, una pequeña correa sobresalía a simple vista. Elisabeth lo agarró, y vio que una tarjeta estaba amarrada a la correa. «- Lo tengo al fin -». Se lo colgó del cuello y corrió hacia el umbral de la puerta. Ladeó la vista por ambos lados del pasillo. Relucía un tono blanco, como si fuese una habitación del manicomio. Había muchas puertas blancas cerradas, con una pequeña chapa de BWO. Todo estaba despejado, y Elisabeth aprovechó a salir de la estancia y se dirigió hacia el ascensor de al final. «- Estoy loca... - pensó - Tanto esfuerzo... ¿para rendirme? -».

- ¡Disculpe señorita! - exclamo una voz a su espalda. Elisabeth se volteó - ¿Que hace usted aquí, doctora? -

- ¡Buenas noches Soldado!, venía a recoger mis cosas... ahora mismo subo a la gala -

- Está prohibido estar a estas horas merodeando por los subterráneos... - le recordó -

- Yo... he venido a coger unas cosas... y... -

Pillada. El soldado comenzó a llevarse las manos a la cintura, en donde tenía una de las armas. Caminó hacia Elisabeth, y ella caminaba lentamente hacia atrás. Estando en los subterráneos de BWO de Atlanta City, estaba prohibido merodear por ahí, y más siendo la hija de uno de los líderes. Elisabeth, con un pequeño desliz de muñeca, una pequeña hoja afilada. No dudo ni un momento en atacar antes de que él actuase. Caminó hacia él rápidamente, y con un veloz movimiento, la pequeña hoja le hizo un corte en el cuello. Comenzó a sangrar, y se llevó las manos al cuello mientras caía de rodillas. Elisabeth se agachó a su misma altura y le arrebató una de las pistolas.

- Esto me hará falta... -

El ascensor llegó, y Elisabeth entró, pasando por el lector la tarjeta de la correa. Las puertas comenzaban a cerrarse, y con sus ojos contemplaba al soldado de BWO desangrándose poco a poco hasta que se desplomó al suelo. Las puertas se cerraron de golpe, y el ascensor comenzó a descender al nivel más bajo de los Subterráneos de Atlanta. Elisabeth tomo el arma entre sus manos y apuntó a la puerta del ascensor. Sabía de sobra lo que había en la última planta. Un gran nido por así decirlo de infectados, o más bien de algunos universitarios infectados que experimentaron hace dos días en la Universidad. Tras este nido de terror, Elisabeth iba con un propósito. Cuando las puertas del ascensor se abrieron nuevamente, Elisabeth saltó fuera y se arrodilló en el suelo con el arma en alto. El lugar estaba limpio, pero las celdas de contención estaban abiertas y destrozadas. Habían escapado.

- ¡Salid, aquí me tenéis, venga! - gritó con furia - 

Su voz resonó en eco en la gran estancia, compuesta por dos plantas en los laterales llenas de celdas. Todas abiertas, excluyendo la gran puerta que tenía al fondo del lugar. Una puerta donde detrás, el Proyecto Paraíso se experimentaba cada día. De repente, la estancia se lleno de gemidos aterradores. Varios cuerpos experimentados aparecieron por todos los rincones, rodeando a Elisabeth sin salida. Desde universitarios infectados, hasta enfermos. La rodearon en un gran círculo, y Elisabeth sonrió, tirando el arma. Estaba claro que no le haría falta. Dio un paso atrás, y los infectados saltaron sobre ella. Elisabeth cerró los ojos, y notó una pequeña tensión en su cuerpo. Rápidamente, Elisabeth saltó, a casi quince centímetros del suelo. Después bajó con furia al suelo y clavó el puño. Una gran onda expansiva salió de su puño al eclosionar con el suelo, y los cuerpos fueron expulsados por los aires. Elisabeth abrió los ojos de par en par, y su tono castaño se bañó en un tono rojizo. 

- Resulta fácil con este poder... ¿no? - 

Elisabeth vio la gran puerta abierta, y la sombra de una infante la sonreía. Tenía el mismo tono de ojos que Elisabeth. 

- ¿Poder dices?, es el virus... - mascullo Elisabeth - ¿Quién eres tu...? -

- Soy la sujeto VI - contestó - Pero aquí no está a quién buscas... -

- ¿Cómo sabes... a lo que he venido? -

La sujeto VI rió.

- ¿Puedes saber lo que pienso...? - Elisabeth se echó hacia atrás - 

- Claro... Ji ji... - rió de nuevo -

Salió de la penumbra y caminó esquivando los cadáveres.

- Tranquila Elisabeth.... - le dijo tomándola de la mano - A quien buscas está en otro sector, en Japón... con los demás... - le contó - 

- ¿Con los demás, cuantos sujetos con estas habilidades... existe? -

- ¿Tu padre no confía en tí? - esbozo una sonrisa como si indagara en su mente - 

Elisabeth la dio la espalda y se encaminó nuevamente al ascensor.

- Eric estará bien. No le harán nada... - saltó de repente - Pero si que nos harán algo a nosotras... -

Se paró en el umbral del ascensor y se volteó.

- Entonces vendrás conmigo - 

*  *  *  *  *  *  *  *  *

Sobre los subterráneos de BWO, se alzaba el gran teatro principal en donde se estaba celebrando la gala benéfica de dicha organización. El lugar estaba bañado en grandes focos que iluminaban la gran pasarela por donde las celebridades e invitados paseaban e iban al interior. Los periodistas invadieron el lugar, sin contar las fuerzas de la policía de Atlanta. Entre tanta muchedumbre, aparcada la furgoneta a varios metros del gran acontecimiento mundial, Jonh esperaba inquieto mientras acariciaba el volante. Sarah había tomado contacto con él hace media hora explicándole lo que descubrió en uno de los portátiles. A las oo:ooh, el virus protocolo se expandirá por el teatro, convirtiendo a los invitados en conejitos de indias. A su vera, su hermana Anna aguardaba impaciente.

- ¿A que estamos esperando? - mascullaba Anna mientras paseaba entre sus manos el arma -

- A que sea la hora Anna... - le dijo - No hay que dar un paso en falso en estos momentos -

- Pero actuemos ya, tenemos que frenar lo que provocarán dentro de quince minutos -

- ¡Anna por favor! - grito su hermano Jonh -

- Lo siento... solo quiero que... Atlanta no acabe como Liberty City... - dijo con voz apagada - 

- Pero para que eso no ocurra, tendremos que saber donde llevan el virus protocolo ¿no crees hermanita?, por eso hay que esperar... -

- ¿Jonh? ¿Jonh?, ¿me escuchas? -

El muchacho tomó la radio de inmediato al escuchar a Sarah por el megáfono.

- ¡Sarah!, ya estamos aquí... ¿alguna novedad? -

- Si, algo que complica las cosas... -

- ¿De que se trata? - preguntó Anna -

- El Virus Protocolo no está en el Teatro Principal... sino bajo el teatro -

- ¿Bajo el Teatro? - Jonh miro a Anna -

- Subterráneos... - mascullo - Liberty City estaba sobre unos subterráneos donde se hacían todo tipo de experimento... -

- ¡Exacto!, el Virus Protocolo está bajo el teatro, así que la entrada a los subterráneos es el mismo teatro... -

- ¡Entonces buscaremos la entrada y bajaremos! - exclamo Jonh -

- Jonh... - se escuchaba preocupada - El virus Protocolo está en gas... temo que gaseen con el virus a los invitados... -

- Entonces no podemos hacer nada... - desistió Anna - 

- Lo único... escapar antes de que todo empeore... - propuso Sarah - Corto y cambio... -