sábado, 12 de noviembre de 2011

Capítulo 3

III


Un destino en común 




Cuatro disparos resonaron, y los casquillos de las balas cayeron en el oscuro pasillo. Su caída sonó eco. Elisabeth abrazo fuerte a Alicia, y ambas notaron de cómo una silueta encapuchaba se deslizaba al lado suyo y asestaba un gran corte a las dos criaturas restantes. El filo del machete resonó en el aire como un débil silbido. En mitad de la oscuridad apenas se podía ver quien o quienes eran aquellas siluetas, pero uno de ellos tomo el brazo de Elisabeth y la separo de Alicia, la cual fue también llevada por otra silueta. Fueron llevadas por los pasillos del instituto, escalera abajo. La noche ya había invadido Liberty City, y por tanto la oscuridad reinaba en el lugar. Uno de las siluetas prendió de su mano una linterna, pero al ir corriendo junto al resto, la luz parpadeaba constantemente.

-¿Hacia donde nos estáis llevando? ¡Soltadnos! - grito Alicia mientras pataleaba con fuerza -

- ¡Oye guapa, deberías guardar silencio si no deseas ver a más bichos de esos! -

El grupo atajo por el vestíbulo, que por suerte no había rastro de ninguna criatura. Una vez allá el que iba en cabeza hizo unas señas, señalando una de las puertas del lugar en donde se accedía al comedor del centro. Éste y otro más quedaron en guardia en el vestíbulo, mientras que los otros dos llevaban a Elisabeth y Alicia con ellos al interior del comedor. La estancia estaba abandonada, pero había una barricada de mesas y sillas alzadas en un rincón. Allí, una mujer salió de entre la barricada de la cocina y corrió hacia el hombre que sostenía a Elisabeth.

- ¡Estáis vivos!... oímos disparos y creía que... -

- Estamos bien mamá... - mascullo el muchacho - Oímos ruidos en la planta superior y hemos traído a estas dos chicas... están vivas de milagro -

El otro hombre, que era más maduro que el otro, soltó a Alicia y abrazo a la mujer, posiblemente su esposa. Elisabeth se acerco a Alicia y la sostuvo con la mano.

- ¿Quienes sois? - pregunto Elisabeth -

- Él es Marcos, mi esposo... y él mi hijo Alexander - les presento - Yo soy Amanda....y mi pequeño hijo Eric anda descansando detrás de la barricada...  -

- Ella es Alicia... y yo Elisabeth... - se presento después ella - ¿Qué hacéis aquí...? -

- Vinimos a por mi hermano - salto Alexander; el chico de cabello platino y de ojos azules. El típico estereotipo de un británico - Pero al entrar tuvimos que refugiarnos aquí, montamos esa pequeña barricada con los otros dos hombres de fuera... y nos mantenemos con vida -

- ¿Y no hay modo de salir de aquí? - pregunto Elisabeth - Entré sin problema al instituto por la parte de atrás, podríamos salir todos por ahí y... -

- ¡No! - grito Marcos - Tenemos que esperar a la ayuda... ¡tenemos que esperar a que vengan a ayudarnos de esta pesadilla! -

- No hay ayuda - salto Alicia segura - Llevo días, quizás una semana en la planta superior... y la ayuda no ha aparecido - explico -

Hubo un silencio entre todos, hasta que se escucharon disparos fuera del comedor. Alexander salió corriendo  hacia el vestíbulo, pero Marcos le retuvo. Se escucharon dos disparos breves, y después varios tiroteos. Los gemidos cada vez se escuchaban más fuerte, y poco a poco el miedo aumentaba en el comedor. «-Dos disparos, es la señal-», masculló Marcos mirando a su esposa. Amanda indico a Elisabeth y a Alicia que la siguieran hacia la barricada.

- ¿Dejaréis a esos hombres fuera? -

- Dos disparos es la señal... - comento Amanda mientras tomaba a un niño de siete años en sus brazos, que aún dormía plácidamente - Y debemos de huir -

- Pero no hay salida como habéis dicho - salto Alicia -

- Tenemos el autobús escolar - comento Alexander detrás de las dos chicas - Está reparado, pero estábamos buscando el momento de partir hacia la estación -

- ¿La estación? - Elisabeth miro a Alicia con una sonrisa - ¡Nosotras vamos hacia allá! -

- Entonces no se hable más - añadió Marcos - ¡Todos al autobús de inmediato! -

Rápidamente y Alexander en cabeza, salieron de la gran barricada y corrieron hacia las cocinas, en donde la puerta trasera de allá accedía a una zona de carga en donde los grandes furgones depositaban la comida a diario para los estudiantes. En esa zona yacía con el motor apagado el autobús escolar, el único medio de transporte que serviría para huir del Instituto Principal. El autobús, con un tono desteñido y con manchas de sangre por los laterales, aún se conservaba en buen estado, incluyendo la pequeña corporación de rejas en los ventanales del bus. Amanda fue la primera en subir y en dejar a su pequeño hijo recostado en uno de los asientos, muy cerca de una gran caja repleta de agua. Alicia subió con ayuda de Alexander, la cual recibió una pequeña navaja por parte de él. «- Más vale prevenir que curar, pequeña -».

- ¿De donde habéis sacado estas armas? - pregunto Elisabeth al tiempo que recibía otra arma -

- Mi padre es policía. Tomo todo el suministro que podía - le explico Alexander -

- ¡Venga chica, sube de una vez que nos vamos de inmediato! - exclamo Marcos mientras ponía en marcha los motores - ¿Preparados todos? -

El sonido del motor era como el rugido de una gran bestia enfurecida. Elisabeth se encamino por el pasillo y tomo asiento muy cerca de Amanda y de su pequeño hijo que dormía. Se recostó en el asiento y ladeo la vista hacia las grandes puertas del comedor de la zona de carga. La barricada había caído en cuestión de segundos, y una gran manada, quizás de diez criaturas corrían directos hacia el ruido del motor que les atraía.

- Esto es un infierno... - comento Amanda a Elisabeth - Pero juntos podremos cambiar el infierno por un paraíso... -

- ¿Un paraíso?... -

Elisabeth se volvió a recostar en el asiento y cerró un momento los ojos. En su cabeza comenzó a sonar como eco aquella palabra; «-Un Paraíso...-»

''Un paraíso...

- ¡Elisabeth reacciona! ¡Elisabeth! -


Escuchaba la voz de Mike muy cerca de mi. De golpe abrí los ojos y la vista se me deslumbró por la luz del quirófano. Mire a mi alrededor. Mi cuerpo estaba débil, y notaba como unas correas me sujetaban el cuerpo. Al lado de mi y vestido con una larga bata, Mike sostenía en sus manos una inyección con una sustancia gris.


- Mike por favor... - le suplique que me liberase - Por favor... -


- Lo siento.... o eres tu o los dos Elisabeth... - me dijo - Es por el bien del Proyecto Paraíso -''






*  *  *  *  *  *  *  *


Liberty City estaba dividida en dos sectores, la cual para acceder a uno de ellos había que atravesar un gran puente colgante, que era por así decirlo el corazón de la ciudad. Anna y Barny conducían calle arriba, dirección a dicho puente para acceder a la zona norte de la ciudad, en donde se encuentra la estación de trenes de Liberty City. Punto de encuentro de evacuación.

- ¿Estás mejor Anna? -

- Dentro de lo que cabe... - mascullo - ¿Hacia donde vamos...? -

- A la estación, quizás encontremos algún soldado o algún tren para irnos de este infierno -

- ¿Y piensas ir en este coche? -

Barny la miro, y vio que señalaba una gran cuesta hacia arriba por donde se accedía al gran puente colgante. El lugar, como era de esperar, había varios caminantes, quizás más que una simple manada de diez. Se hallaban coches aparcados en doble fila, incluso saqueados y volcados, bloqueando generalmente la carretera.

- Dios santo... - añadió Barny a lo que veía - Hay muchos... -

- Deberíamos bajarnos e ir andando.... sino llamaremos mucho la atención -

- ¿Más atención que ese conductor? - indico Barny -

Desde uno de los callejones, el autobús escolar dirigido por Marcos, asestaba directamente contra dichas criaturas, eliminando todo su rastro de la carretera. Anna se inclino del asiento y se desabrocho el cinturón enseguida, saliendo a grandes zancadas del coche de policía.

- ¡Barny vamos, hay mas sobrevivientes! - exclamo ésta mientras corría hacia el puente -

- ¡Anna espera! -

Barny salto del coche, sin antes llevar su revolver de debajo de su asiento. Siguió corriendo al mismo paso de Anna, pero detrás de ella para alcanzarla. 

- ¡Venga Barny, tenemos que hacer que nos vean y que no se vayan sin nosotros! -

- ¡Pero Anna....! ¡Cuidado! -

Sin previsto, dos criaturas emergieron de un gran furgón del banco. Lucían por así decirlo la vestimenta de un cuerpo de policía, aunque sus ropas estaban desgarradas por completo. Sus miradas estaban bañadas en un tono amarillento, y de su rostro su piel quemada caía a trozos. Anna retrocedió unos pasos hacia atrás. Barny, que estaba a pocos metros de ella, recargó su revolver de inmediato y apuntó sin piedad al cuerpo de las criaturas. Cinco disparos perforaron el dorsal de ambas criaturas, pero seguían continuando andando; hasta que de repente, una especie de flecha fue clavada en la misma nuca de uno de ellos, haciendo que su cuerpo cayese como un viejo tronco al suelo. La otra criatura que quedaba en pie recibió un gran golpe en la nuca, dejando al caminante sin conocimiento alguno. 

- Mi flecha... - refunfuñó Marcos mientras se lo arrancaba a la criatura de la nuca - Recordad una cosa; siempre a la cabeza -

- Y nunca malgastar balas disparando al cuerpo - salto después Alexander, que sostenía su machete con una correa atada al mango - ¿Estáis bien? -

Anna se quedo sin palabras y corrió hacia los brazos de Alexander, dándole las mil gracias por ayudarles.

- Gracias por el consejo. Soy Barny... - Barny extendió la mano hacia Marcos, y éste presento a su hijo y a él mismo - Encantado -

- ¿Venís de ese autobús? - pregunto Anna. Alexander asintió - ¡Barny! -

- Bueno... - suspiro el policía - ¿No os importaría acercarnos a la estación, no?... -

- Por supuesto que no; mi familia y unas chicas también vamos para allá. Claro que podéis venir -

- Además ahora necesitaremos más ojos para el puente .... - comento Alexander algo preocupado -

- ¿Más ojos? - Anna les miro preocupada -

- Los que hemos atropellado con el autobús, no es nada con los que hay en el gran puente colgante. Puede haber más de una docena por lo que hemos visto viniendo hacia aquí... -

- ¿Más de una docena?... ya estoy empezando a dudar de ir o no a la estación -

- Tenemos suficientes armas muchacha - le comento Alexander a Anna -

Barny miro a Anna a la espera de una decisión, y aceptó las condiciones de cruzar el puente junto a ellos.

- ¡Pues bienvenidos se ha dicho! -





6 comentarios:

  1. Es por el bien del Proyecto Paraíso¿?
    Todo comenzó por un experimento, ¿cierto?
    Pero, ¿por qué no logra recordarlo?
    ¡Menos mal que pudieron rescatarlas a ambas!

    Bien bien, la unión hace la fuerza.
    ¿Cuándo un nuevo cap?
    Ya lo estoy deseando:)

    Besitos<3

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  2. La leche!!! Me está encantando, con flashback incluido recordando algo que irá justificando el por qué de la pandemia de zombies. Esperamos el 4º pronto. Muy buen trabajo.

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  3. el proyecto no tiene nada de paraiso me parece a mí e.e para mí que es la vacuna que ha hecho que salieran tantos zombies ¡SEGURO! tantanananán!!! alguno será infectado???? quiero másss!!!

    Besos

    xDestinyadministrationx

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  4. Dios como me flipan las historias de zombies *_*

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  5. Está genial. Sigue así. Voy a por el siguiente ;) un besazo

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  6. Y lo sigues dejando interesante, es estupendo. Ahora que se han encontrado todos podrán protegerse y cargarse unos cuantos bichos de esos.

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